Difícil para los adolescentes enfrentar la pandemia por COVID-19

Diálogo y una comunicación asertiva, además de rutinas y nuevas actividades creativas, son algunas recomendaciones que se pueden implementar al interior de la casa y la familia para combatir los problemas que puedan surgir del aislamiento y el encierro

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Para los adolescentes no es fácil enfrentar la pandemia por COVID-19. En particular porque han perdido el trato directo con sus amigos, lo que es importante para su desarrollo social y para identificarse con su grupo de pares, afirmó Iris Anaibelca Domínguez Gaeta, responsable del Laboratorio de Psicología del Centro Universitario del Norte (CUNorte).

El convivir con el grupo de pares es de suma importancia, ya que la adolescencia es una etapa en la que se adolece de identidad. En consecuencia se identifican con otros adolescentes, con quienes pueden hablar, compartir, expresar cómo se están sintiendo, sin sentirse juzgados, regañados o menospreciados.

Con la actual pandemia la convivencia con el grupo de pares se ha dejado a un lado. Ellos entran a internet, y prefieren Tik Tok o hacen publicaciones en Instagram o Facebook, pero tienden muy poco a tener conversaciones a través de chat o video llamadas.

A ello hay que agregar que muchos tienen que enfrentar problemas familiares, con riesgo de violencia intrafamiliar. «Los padres están sobresaturados, angustiados por la salud de cada uno de los integrantes de la familia, además de estar sobrepasados por actividades laborales, familiares y las escolares de los hijos».

Hay quienes tienen reacciones de debilidad e hiperactividad impulsiva, destacó la académica de CUNorte.

Una de las conductas que tienen es hacerse daño a ellos mismos. No se fijan en su cuerpo, ni en si están subiendo o bajando de peso, hay quienes se arañan o lastiman de alguna manera con una alimentación poco sanas.

«Hay adolescentes que piden a los papás que los lleven a terapia psicológica, ya sea por videoconferencia o por llamadas, en las que ellos manifiestan sentir mucha ansiedad y no saber qué hacer».

A pesar de que ya transcurrió un año del inicio de la pandemia en el país, a los jóvenes les cuesta adaptarse, ya que el no acudir a la escuela trae consigo la disminución de la actividad física y que haya más sedentarismo. Como consecuencia el chico quiere estar más ante la computadora, en el celular, redes sociales y videojuegos.

Hay casos de depresión o bajo ánimo, demuestran más la tristeza, tienen poca motivación para hacer actividades físicas dentro de casa porque están circunscritos a las mismas paredes. Está además incrementando su dificultad para dormir debido a sus estancias prolongadas en las redes sociales o usando la computadora.

Francisco José Gutiérrez Rodríguez, jefe del Departamento de Psicología Básica, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), agregó que hay adolescentes que se sienten aislados y atrapados, y algunos no cuentan con acceso a internet. «No todos los adolescentes tienen más de una computadora en sus casas, y la que hay la tienen que intercambiar con los hermanos».

Algunos pierden la motivación por tomar clases en línea, y hay que agregar que hay maestros que no tienen adecuada didáctica para las actividades en línea, lo que ha provocado también descontento.

Hay profesores que creen que por no tener clases presenciales, tienen que incrementar las tareas y actividades escolares, y alumnos que cursan seis o siete unidades de aprendizaje sienten que es excesivo.

Hay casos de consumo de sustancias psicoactivas, de bulimia y anorexia, y durante la pandemia se han recrudecido, además de baja autoestima explicó el experto.

¿Cómo ayudarlos?

La especialista resaltó la importancia del diálogo. Los adolescentes y niños deben ser informados sobre el virus, qué es, lo peor que puede pasar en la cuarentena. Los padres deben permitirles hablar de sus miedos y sobre cómo se sienten respecto a la pandemia.

Es importante ayudarlos a mantener una rutina de horarios, respetando los tiempos de tomar clases y de estudio, y no hay que ser permisivos hasta el punto de aceptar que se despierten a las 10:00 o 12:00 horas.

La rutina incluye los recesos para descansar, desayunar y comer, juegos de mesa en familia, actividad física y salir a correr o caminar con las medidas apropiadas.

Es recomendable incitarlos a hacer videollamadas y platicar con los amigos para que generen nuevas redes de apoyo partiendo de la realidad que actualmente se vive.

La experta destacó la importancia de aprovechar las redes sociales y el internet para que los jóvenes tomen algún curso o taller de un tema o actividad que les llame la atención.

«Hay muchas opciones, como talleres de pintura en línea, de dibujo y de yoga o sobre otros temas que pueden coincidir con sus gustos y aficiones».

La pandemia, entonces, podría ser una oportunidad para que el adolescente encuentre todos nuevos talentos y estrategias para solucionar problemas.

La lectura es útil para «viajar» a otras épocas, países o mundos, les permite desarrollar su creatividad, y es una actividad que pueden hacer en cualquier rincón del hogar que les agrade, y a partir de ésta pueden elaborar planes y proyectos de vida.

Francisco José Gutiérrez Rodríguez destacó que las estrategias que se puedan seguir en familia no sustituyen la terapia profesional, aunque podrían ayudar a prevenir o disminuir los riesgos de depresión y ansiedad.

Resaltó la importancia del diálogo y de una comunicación asertiva, y no chantajear a los adolescentes con castigos, no calificarlos como malos, rebeldes u ovejas negras, más bien debe haber una escucha activa.

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