Alumna de la UdeG obtiene segundo lugar en concurso musical de ANUIES

“Para mí la música, además de que es un lenguaje universal, es lo que me permite ser yo misma. Auténtica", dice Alejandra Sánchez Fernández, quien fue premiada por su ejecución como solista al piano

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Foto: Manuel Izquierdo

Alejandra Sánchez Fernández, recién egresada de la Preparatoria 15 y alumna del CUAAD, de la Universidad de Guadalajara (UdeG), logró por su ejecución en piano el segundo lugar del 4to Concurso de Música modalidad Instrumentista-solista Virtual, que fue organizado por la Región Centro Occidente de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), y la Universidad de Guanajuato (UG).

Su inscripción y envío del reporte visual se realizó cuando todavía cursaba el sexto semestre, el pasado ciclo 2020-A; no obstante, el fallo del concurso se dio la semana pasada, cuando le fue asignado el segundo lugar de la competencia. Ahora Alejandra Sánchez Fernández ha comenzado a cursar el primer semestre de la Licenciatura en Música, en el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD).

Acerca de sus inicios en este arte, compartió que en su caso fue una situación médica: Alejandra nació con la enfermedad de Inmunodeficiencia Severa Combinada, coloquialmente conocida como “Niños burbuja”, personas que nacen sin defensas a las que cualquier virus o bacteria puede afectarles y provocarles la muerte. En su caso requirió de un transplante de médula ósea que fue donado por su padre.

“Fuimos compatibles y el 19 de septiembre de 2003 fui la primera niña de transplante de médula ósea en México. En el proceso de recuperación me quedaron secuelas en la movilidad y el lenguaje. Luego de un proceso de rehabilitación donde los avances fueron mínimos, una doctora le recomendó a mi madre que considerara las clases de música y en menos de un año de que comenzara hubo cambios significativos en mi proceso”.

Ahora la música es su razón de vida. Es su pasión y la define así:

“Para mí la música, además de que es un lenguaje universal, es lo que me permite ser yo misma. Auténtica».

«Me permite expresarme y tener como un lazo espiritual. Me transporta a otro mundo y me hace ser yo misma. La sociedad sin música estaría peor de cómo está”.

Recuerda que la música siempre ha estado en su vida. “Comencé por terapia y entré a los 4 años. Empecé como un juego. Entonces me gustó… de hecho empecé con el órgano. A los 9 años gané un concurso y me sugirieron que me metiera al piano, y me enamoré. El piano es como real. No es eléctrico. Es sonido real. Su peso y el sonido fue lo que más me gustó”.

Sobre su paso por la Preparatoria 15 afirma que llegó por considerarla un plantel con excelente calidad académica, y cuando hubo que elegir Trayectoria de Aprendizaje Especializante (TAE) se decantó por la de música. Ahí conoció al profesor José Paz Pérez Cruz, quien abonó a su formación y se convirtió en una especie de impulso; cuando Alejandra le expresó su interés por competir, el maestro Paz la inscribió en el concurso que estaba disponible de la ANUIES y la UG.

“Mi primer concurso no pandémico fue a los 9 años. Subirme al escenario enfrente de tantas personas es… hay adrenalina al presentar tus piezas y concursar por un lugar me gusta lo que despierta en mí. Me da mucha felicidad”.

Ahora como estudiante del nivel superior señala que tiene un referente musical que es Wael Farouk, quien la inspira desde que tuvo la oportunidad de tener una clase magistral con él.

“Tiene un poco de enanismo, sus manos son chiquitas y me identifico porque mis manos son pequeñas también, y a mí varias veces me dijeron que no lo lograría porque se necesitan manos grandes para ejecutar el piano. Conocer a esta persona y saber que es un pianista de talla mundial es como un referente a seguir. Si él puede yo también puedo”.

Con este espíritu de crecimiento, Alejandra se define como una persona que logra todo lo que se propone y es perseverante:

“Si me cierran la puerta me meto por la ventana”, concluye entre risas.

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