El humor negro y la irreverencia inundaron el Salón Juan Rulfo de la Expo Guadalajara durante la Feria Internacional del Libro (FIL 2021), donde el ilustrador ecuatoriano-chileno Alberto Montt se reunió con jóvenes de todas las edades como parte del programa “Mil jóvenes con…”.
La risa fue la constante en este encuentro en el que se habló de todo y nada, y en el que el conocido ilustrador logró cautivar tanto a sus seguidores como a un público que por primera vez lo escuchaba.
“Es horrible lo que hago, están perdiendo su tiempo”, advirtió a los jóvenes antes de mostrar un poco de su trabajo para “nivelar” la charla y presentarse con quienes no habían visto lo que hace.
Montt se definió como “un contador de historias” que utiliza la ilustración como uno de los medios que tiene para narrar y “conectar con gente” que anda dando vueltas por el mundo y que lo sigue no sólo en sus libros, sino en las redes sociales que alimenta de manera continua con imágenes que lo mismo provocan una sonrisa que una reflexión.
Recordó que llegó a la ilustración por casualidad, pues cuando terminó el colegio su aspiración era estudiar biología marina, pero debía de esperar al menos seis meses para iniciar la licenciatura, por lo que su madre lo inscribió en un curso de diseño que le cambió la vida despertando una vocación que ya no quiso eludir.
“Era un lugar donde yo podía usar el dibujo para comunicarme y al cabo de un tiempo, en vez de hacer diseño, dibujaba y seguí este camino, y así comencé a hacer lo que soy, un tipo que trabaja dibujando”, explicó.
Montt habló de la serie de viñetas acerca de la ansiedad que surgieron como parte de su interés por hablar de este trastorno, un tema que afecta a todos con el que tuvo que lidiar durante el tiempo de aislamiento, y cuyo tratamiento y contenidos le han valido críticas pero también ha ayudado a personas que pasan por esta situación.
“Es un trabajo que comencé a hacer antes de la pandemia, pero que, obviamente, como en la pandemia explotó la ansiedad de todo el mundo durante estos dos años, he seguido explorándolo, y me ha servido para explorarme a mí mismo, ver qué es lo que me incomoda en el mundo, cómo lidio con esto que es mi gran tormento en el día a día, y ha resultado un espacio de conexión con muchísima gente”, declaró.
Lo malo, reviró, es que el libro que recoge ese trabajo, contra su voluntad ahora es exhibido en la sección de autoayuda de las librerías.
“Tiene sus desventajas porque ahora el maldito libro está en la sección de autoayuda junto con Paulo Coelho, es un asco porque tampoco sabría yo dónde ponerlo, me doy vergüenza”, dijo con humor.
Montt es uno de los ilustradores más reconocidos de América Latina; ha colaborado en el diario El Mercurio y en las revistas Qué Pasa, Capital y Blank. Ha publicado doce libros de sus ilustraciones y viñetas.