Llorando, el creador de “Date un voltio” en la plataforma de YouTube, salió al escenario en medio de aplausos y gritos de los jóvenes que hicieron que el auditorio Juan Rulfo abriera las puertas a su máxima capacidad para recibir a quienes hicieron fila desde dos horas antes.
León, un niño de seis años que tuvo que subirse a una plataforma para que Santaolalla lo viera de lejos, fue el punto cumbre de la charla, gesto ante el que el español se conmovió y expresó su esperanza de que las nuevas generaciones hagan historia y aporten a la ciencia con su curiosidad.
“Saben mucho más que yo. Las nuevas generaciones son brutales, saben, tienen visión, quieren. Es espectacular lo que hay en México, no se compara con lo que hay en otros lugares del mundo, con esas ganas de aprender, su arrojo, esa intensidad tan bonita que hace que un niño de seis años se emocione con el video de un hámster que en realidad hablaba de una estrella que generó una supernova; es impresionante”, expresó.
Santaolalla alabó la labor de los “superhéroes”, aquellas personas amantes de la ciencia que tienen laboratorios o hacen investigación para buscar soluciones y crear un mundo mejor, y que son capaces de transformar el mundo y salvar vidas como si fueran Batman o Superman.
A una joven estudiante de Física que le pidió consejo sobre qué hacer ante quienes no creen en sus ideas, el especialista de partículas alentó a los jóvenes a no darse nunca por vencidos, a vencer el miedo y a valorar que tienen acceso a la educación y al conocimiento.
“Tenemos todo a nuestro favor. Tenemos una falsa imagen de lo que es el éxito. Arriésguense, son jóvenes, tengan sueños, cáiganse, levántense, la juventud es formar un camino con base en intentarlo. Cómanse el mundo, que es delicioso. Tengan miedo, pero no dejen que el miedo los domine. Hay mucha gente que de verdad no tiene la suerte que tenemos nosotros de poder arriesgarnos”, les dijo.
En la conversación con la científica María Emilia Beyer, Santaolalla habló de su aspiración de ser astronauta, un oficio que pareciera fácil y “sexy” pero que conlleva no sólo conocimiento, sino también mucha preparación y sacrificio personal.
Contó la anécdota del día que siendo niño quiso emular a Spiderman para bajar unos juguetes. Una vocecita le decía que usara su cabeza, a lo que él decidió subirse al calentador de ambiente, tomar la correa de una cortina, amarrarla en su cabeza e impulsarse. Al caer, vio a su madre que lo observaba incrédula y quien le explicó que usar la cabeza significaba utilizar su conocimiento y solucionar las cosas.
“El conocimiento te ayuda a conseguir metas. Esa experiencia me hizo saber que el conocimiento es lo que te brinda la capacidad de conseguir lo que quieres en la vida”.
Tras la charla, el científico atendió a todos sus seguidores, firmó libros y dejó satisfecha y feliz a la “legión de ñoños”.