Alberto Cervantes

1037

Nacido en Mazatlán, pero avecindado desde su adolescencia en Guadalajara, Alberto Cervantes ha participado como librero desde la primera Feria Municipal del Libro de Guadalajara, que este año cumple 45 ediciones. Miembro de la Asociación de Libreros de Guadalajara y dueño de la vieja y prestigiosa Librería Cervantes, estudió medicina, sin embargo dejó la carrera para lanzarse —a principios de los años setenta—, a la venta de libros a domicilio. Desde entonces ha abierto un par de locales de venta de libro viejo y usado, que, no obstante, dice, apenas le da para irla pasando.

Apellido ilustre
Estudié medicina dos años y medio, pero deserté, y desde entonces, a principios de los setenta, comencé con los libros: venta directa, a domicilio —y por el año 74 puse mi primer local de venta de libros, en el Callejón del Carmen. En los ochenta trabajé para la editorial del estado, que tenía su librería en el Centro, y luego volví a independizarme, y puse otro local, que tiene ya 18 años (la Librería Cervantes, por avenida Juárez, a una cuadra del ex Convento del Carmen), a la que le puse así por el escritor y por mi apellido.

Autodidacta en las letras
Siempre me ha gustado leer. Me ha ayudado además el trato con escritores, con libreros, periodistas, y gente del medio literario, de ellos he aprendido, por lo menos de autores y de obras. No sé mucho, pero eso me ha servido en lo personal, y para tratar de asesorar a la gente que se acerca a mi librería o aquí en la feria, que pide información sobre tal o cual libro o autor.

45 años de estar
Tuve la suerte de estar en la primera Feria del Libro Municipal… vine a apoyar al señor Varela, que era el secretario de la Asociación Especializada de Libreros, una persona mayor, y porque yo vendía libros de su fondo, de Espasa Calpe, y que tenía su librería, Varela y Arreola, por Pedro Moreno. Salvo dos años he estado aquí ininterrumpidamente en esta feria, que yo considero la “Feria de la Ciudad”, porque realmente tiene su carácter popular.

Libros a la mano
Eventos como esta feria del libro sí es una promoción directa del libro, porque el libro está a la mano de la gente. El librero, como los artistas, tiene una responsabilidad, una obligación, porque no nada más es vender, sino que si puedes sacrificar algo de tu ganancia, pues sacrifícala, para que el estudiante se vea favorecido y pueda comprar algún libro. Y últimamente han aumentado las librerías de viejo y usado, y me parece que es positivo, porque hay una opción de compra.

Papel vs pantalla
Yo tengo confianza en que el libro impreso no va a desaparecer. En lo personal yo creo que no es lo mismo (lo del libro impreso y el electrónico), porque uno creció con el gusto de tocarlos, de abrirlos, el libro como objeto en sí, de tenerlo, disfrutarlo al tacto y ni siquiera se me ocurriría leer en una pantalla.

Ferias de libros
Nunca es bastante, nunca es suficiente, porque los índices de lectura en México son bajísimos. Se ve en las ferias, que sí asiste la gente, y sí compra y sabe de autores, eso es muy importante, y motivante. Habría que hacer más ferias como ésta y poner los libros así, cerca de la gente, a la mano no sólo de los que ya son lectores, sino de públicos nuevos, del lector ocasional.

Artículo anteriorAngélica Íñiguez
Artículo siguienteRinoceronte negro