Anestesia a los monopolios

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Para ciertos médicos es un servicio, para otros, un don, un arte, y para algunos algo rentable y lucrativo: hablamos de la anestesiología.
Recientemente, la Comisión Federal de Competencia comenzó una investigación por la posible comisión de prácticas monopólicas en el mercado de la anestesiología en el país, sobre todo en contratos, convenios, arreglos o combinaciones entre agentes económicos competidores entre sí, para fijar, elevar, concertar o manipular el precio de bienes o servicios, o intercambiar información.
El doctor Rigoberto Navarro, presidente de la Asociación Médica del Hospital Civil, señala que las prácticas monopólicas de anestesiología se refieren a dos vertientes: los agremiados a un seguro de gastos médicos, a un hospital particular o grupo médico cerrado, donde no hay oportunidad para otros anestesiólogos. El otro grupo es aquel en donde se forman pequeñas sociedades y se rigen ciertas normas para el manejo de pacientes y los tipos de anestesia.
A juicio del doctor Navarro, esta acción limita al paciente para solicitar a su médico particular, y en algunos servicios el grupo de médicos ya tienen su equipo. “Otra gravedad del asunto es que con el exceso de trabajo, hace que deje a un suplente con poca experiencia”, sugiere que debe haber apertura por parte de las empresas a las personas que se comprometan a ofrecer todo el servicio.
Por su parte, el doctor Alfredo Rodríguez García, investigador en medicina legal y forense de la Universidad de Guadalajara, indica que existe staff de galenos con equipos interdisciplinarios para sus prácticas de cirugía y que tienen una red y el control de hospitales y de pacientes, y hasta de zonas territoriales, constituyéndose en feudos. Afectan a los profesionistas que no pueden ingresar estos círculos por las complicidades.
Denuncia también la corrupción en los servicios hospitalarios del Estado, en que los pacientes se enlazan de manera caníbal. “Son médicos que violan la ética, hablan mal de las prácticas profesionales de sus colegas a los pacientes. El IMSS no puede realizar en tiempo y forma esa cirugía, y por la premura del enfermo, el médico tratante se la programa para el día siguiente en un hospital particular con su propio equipo”. Con tristeza relata el investigador que muchos médicos usan estas prácticas monopólicas, manipulando el emblema de los hospitales para vincularse a estas prácticas.
Rodríguez García señala que en este tema deberían intervenir las comisiones de arbitraje médico y otros organismos a escala federal, no sólo para revisar la praxis médica sino también el monopolio de laboratorios, y el porcentaje económico que se llevan los médicos por cada examen que se realizan los pacientes. “El problema no es únicamente de anestesiología sino de los feudos que son difíciles de penetrar como es el caso de las tarifas de los diferentes campos, como cirugía estética o laboratorios clínicos”.
Finalmente Rodríguez García asevera que este tipo de resoluciones a investigar prácticas monopólicas, no garantiza que se llegue a buen resultado, “debido a los niveles de corrupción que se tienen en el sistema, es un membrete en el que no hay resultados favorables por los intereses que están de por medio y los poderes que representan los hospitales particulares”.

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