Cenizas de México

1240

Los problemas sociales de México, así como la manera en que los padecen hombres y mujeres, son mostrados en la puesta en escena Cenizas que estará en el Teatro Experimental de Jalisco en el mes de octubre, bajo la dirección de Alberto “Tiru” Sigala.

Las historias que conforman la trama se desarrollan en un pueblo de Sinaloa que sin embargo pudiera ser cualquiera de México, con personajes que engloban distintos roles: el padre campesino, trabajador y pobre; la madre cariñosa que protege y cobija a sus hijos; la señora de sociedad, o que también podría ser de clase media, y que aparenta seguridad en sí misma pero tiene una baja autoestima y sufre violencia intrafamiliar; el esposo machista, el amante, el bromista, el pueblo y los vecinos.

La obra teatral expone una radiografía de la sociedad mexicana con la interacción que se da en los personajes. Prevalece la doble moral, el fanatismo y la indiferencia hacia el sufrimiento ajeno marcado por la generalización de la violencia.

Los personajes, de cara al público, comparten sus historias, muestran su amor, odio, celos y ternura. Son los olvidados y su realidad son personas que fueron reducidas a cenizas, principalmente a causa de la miseria.

La trama está envuelta en una atmósfera surrealista, como surrealista es la actual realidad mexicana.

“Vivimos en un México absurdo, bastante extraño, en donde muchos ciudadanos salen a la calle con miedo porque saben que eso les puede cambiar la vida de una manera trágica de un momento a otro. La realidad que vivimos supera a las  pesadillas”, afirma el director Alberto “Tiru” Sigala.

Los personajes se desenvuelven en tiempo no determinado. Son recuerdos donde se mezcla el pasado y el presente, pero plantean temas que llegan a ser crueles, como la ineficiencia de algunas instituciones de salud pública. El país que es mostrado en la obra teatral es rasposo y agresivo, destaca.

Para recalcar la atmósfera surrealista, el diseño del vestuario está inspirado en las pinturas del artista barrocco  Rembrandt y de Remedios Varo, a cargo de Edith Lozano asesorada por la artista plástica Isabel Pérez Sigala.

Cenizas tiene la peculiaridad de tener muchas lecturas, tantas como el número de espectadores que acudan a ver la obra. Cada uno le puede dar un giro o interpretación diferente. Por ello no se aclaran muchas de los problemas que se enfrentan, afirma Elizabeth Solís, quien interpreta a la esposa.

 Hay, por ejemplo, desaparecidos, pero no se deja en claro si fueron secuestrados por el crimen organizado o por el gobierno o si se trata de los estudiantes de Ayotzinapa o no, eso se deja a la suposición.

Una de las peculiaridades es que los personajes femeninos, que concentran mucha de la fuerza de la historia, no tienen nombre. Sólo son papeles o roles, como La Madre, interpretada por Elena Cueto, añade Elizabeth Solís.

 Esto es un recurso para recalcar el machismo y la invisibilidad de las mujeres. En cambio los personajes masculinos sí tienen nombre, como Mario, el esposo, interpretado por Saúl G. Naranjo; Alberto, el padre, quien es caracterizado por Ignacio Ayala Varela y Fabián, por Carlos Ernesto.

Los personajes no están exentos de sentimientos de culpa por las decisiones que tienen que tomar, las cuales destrozan matrimonios y afectan familias, añade el actor Ignacio Ayala Varela.

 La obra teatral está inspirado en un texto del mismo nombre del dramaturgo y actor sinaloense Ángel Norzagaray, quien dirige el grupo teatral Mexicali a Secas.

Artículo anteriorConvocatoria al concurso de oposición abierto
Artículo siguienteLibertad de prensa… y ¿salud?