La gramática de este poeta y dramaturgo francés (1868-1955) evoca liturgias católicas y paganas envueltas en un extraño júbilo. Ajeno a las tendencias literarias que dominaban su época, fue influido en su juventud por Rimbaud y abrevó de los versículos bíblicos y la prosodia de Esquilo. Toda su espiritualidad se refleja en las odas contenidas en este volumen.