ENtre la casa y el palacio

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La planeación estratégica es uno de los principios indispensables para alcanzar los objetivos en cualquier proyecto, y la materia cultural no es la excepción, sobre todo en un país como el nuestro, donde existen tantas prioridades y necesidades.
La difusión del arte y la cultura es una herramienta que contribuye al desarrollo social, porque constituye una parte activa de nuestra economía, identidad e idiosincrasia.
Las autoridades y funcionarios culturales deben estar conscientes de la integración entre cultura y sociedad, para poder dirigir las necesidades de la población a la cual se deben. No basta con reinventar cada año el rumbo y dirección de un espacio cultural para definir qué se hace en las casas de la cultura en nuestro país, ya que si no existe claridad al respecto, no será posible articular estrategias que impacten a la población.
Guadalajara puede presumir de haber creado la primera casa de la cultura de México. Fue en 1954, durante el gobierno de Agustín Yáñez, quien tomó los modelos franceses creados por André Malraux. Este gobernante inauguró espacios para la promoción y difusión del arte y de sus creadores.
Años después, hacia los setenta, toma relevancia el tema a partir de que el INBA crea el Programa Nacional de Casas de la Cultura (1977), en el que se establecen los apoyos económicos para la construcción y remodelación de estas casas y centros culturales.
En nuestro país dichos espacios son destinados a la promoción, capacitación y difusión de los artistas de su localidad, siendo el municipio el responsable de su preservación, para dar continuidad a las actividades culturales y mantenimiento a estos inmuebles, además de propiciar su conservación y generar operaciones que contribuyan al desarrollo social y cultural del medio en el que trabajan.
De acuerdo a las cifras del Sistema de Información Cultural de Conaculta (SIC), México dispone de mil 773 casas y centros culturales, de los cuales Puebla cuenta con 287, el Distrito Federal con 161, el Estado de México con 140 y Oaxaca con 115.
En promedio existen por cada casa de cultura y centro cultural, 58 mil 242 habitantes, por lo que resulta insuficiente la cobertura para la demanda de la población, además del deterioro y envejecimiento de las instalaciones y la falta de visión de quienes dirigen estos espacios para realizar los programas y planes culturales municipales.
En el caso de Jalisco, la Ley de fomento a la cultura del estado establece que se deben generar las condiciones para la promoción, fomento y difusión de las manifestaciones culturales y artísticas, con la finalidad de facilitar el acceso a éstas. Para que esto suceda, la ley considera la participación ciudadana en la elaboración de planes culturales, de forma que atiendan y resuelvan de forma eficaz las necesidades de los habitantes.
Sin embargo, el destino que toman las casas de la cultural en Jalisco, así como los planes y programas culturales suelen ser diseñados sin un diagnóstico previo y con una baja participación de los ciudadanos, por lo que los funcionarios culturales toman decisiones en temas relevantes que competen a todos los habitantes de un municipio.
La semana anterior fue realizado en Puerto Vallarta el Tercer encuentro estatal de regidores y directores de cultura de Jalisco, con la presencia de representantes provenientes de 113 municipios del estado, para establecer líneas de colaboración para realizar un programa anual de trabajo.
Durante la reunión el secretario de cultura, Alejandro Cravioto, dijo que presentará una iniciativa para reformar la Ley de cultura a favor de los municipios. Estuvo acompañado del presidente del Consejo Estatal para la Cultural y las Artes (CECA), Arturo Camacho, a quien solicitó su apoyo para impulsar dicha iniciativa, ya que el organismo que preside es el que debe agrupar a los representantes culturales del estado.
Esta clase de encuentros son relevantes cuando arrojan acuerdos y resultados a favor del desarrollo de la cultura, a pesar de que ya existen los planes municipales como instrumentos de planeación establecidos en el artículo 40 de la Ley de planeación para el estado de Jalisco y sus municipios, que precisan como las estrategias y líneas de acción del desarrollo integral de cada municipio.
En el encuentro los asistentes analizaron los beneficios obtenidos como resultado de los dos primeros encuentros con regidores y directores de cultura de los municipios del estado, además de conocer si cumplieron los planes estatales, puesto que el tiempo se agota para la ejecución de programas culturales, por ser 2011 el penúltimo año de gestión del gobierno en turno.
Para los directores de cultura de los municipios, este será su segundo año al frente de la responsabilidad que les fue encomendada, de ahí se les presente la oportunidad para demostrar su capacidad y profesionalismo para cumplir lo que la Ley establece como ámbito de su competencia.

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