El curso “Estética para un arte actual” gira en torno a las estrategias o plataformas más recientes del arte contemporáneo, partiendo desde el performance y el videoarte, y cómo utiliza otros soportes, incluidos el dibujo y la pintura. Esta descripción la hace Pablo H. Cobián, quien está a cargo de impartir el curso en el Laboratorio de Arte Jorge Martínez, del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño.
Cobián dice que la idea central de la que inicia es que el espectador se vuelva parte activa de la obra, lo que hace que se vuelva “una obra viva”, y que no sea “un objeto muerto como los que estamos acostumbrados a ver en los museos de historia del arte”, y que al contrario “se transforma” cada que hay un observador frente a ella.
Se analiza, sobre todo, el performance para entender “la acción plástica. En el performance hay muchas variantes de utilizar el cuerpo, que es el soporte como medio, pero en lo plástico el cuerpo interactúa con otros objetos y todo tiene el mismo peso”.
En cuanto al video se hace una revisión de cuándo surge el cine y cómo se empieza a experimentar con él, como en el caso de Georges Méliès, para luego ir hacia el cine futurista y dadaísta, así como Warhol experimentó con grabaciones, hasta llegar a la actualidad. Cobián dice que desde esta perspectiva al video se le considera como “el arte total”, porque incluye a todas las demás artes.
Los temas del curso tienen origen en los trabajos del artista del performance Richard Martel, que aborda elementos “de celebración artística”. De ahí, Cobián haría un estudio de la pintura que tiene que ver con elementos básicos que retoma el cine sobre la pintura como la teatralidad y el movimiento, la composición, y que a la vez están en la pintura clásica.
La formación de Pablo H. Cobián es de pintor, pero luego comenzó a experimentar con otros soportes, teniendo en mente la idea de registrar todo lo que sucede en una acción, y de que la vida cotidiana pueda ser parte de la obra de arte.
En el curso, con los conocimientos teóricos dados, se espera que los asistentes puedan generar una suerte de método creativo y obtener un lenguaje propio, y está abierto a cualquier persona que se interese en el arte, sin ser necesariamente profesional.
“Mi obra”, dice Cobián en una intención de explicarse a sí mismo en la justificación de su curso, “surge de la necesidad de generar un momento de experiencia en el espectador, y ésta como manera de acercar a un conocimiento, así pues, el arte como conocimiento, y la vida como experiencia, la obra”.
Y continúa: “Las acciones se suscitan en cualquier momento, espontáneamente, se pretende intervenir la realidad, modificarla, perderla, recuperarla, hacer según sea la necesidad del momento.
Las acciones quedan registradas para su uso plástico en cualquier medio, en realidad eso no importa, el medio es elegido de acuerdo con la plasticidad de la pieza, dibujo, pintura, collage, fotografía, video. Las acciones van desde quema de billetes, acción anárquica que toma como postura el poder contra el poder, transformar el dinero en arte, cosificando, negando así la función de intercambio del dinero. Intervención de una realidad cotidiana con botargas, acciones relacionadas con generar felicidad, diversión, espectáculo, llevadas a una cotidianidad con la única intención de generar momentos felices en donde sólo hay monotonía. El proyecto que realizo actualmente consiste en la apropiación de obras maestras de la historia de la pintura, la intención es estudiar los aspectos esenciales de la pintura, movimiento y teatralidad, composición, luz, color y generar propuestas que tienden hacia la abstracción, negando la narrativa de las piezas originales, con la intención de explorar y conocer la historia de este medio.”