Las muertes presentadas en los últimos tiempos en las diferentes disciplinas deportivas, han sido a causa de un mal congénito del corazón, que de haber sido detectado a tiempo hubiera cambiado el final de la historia.
El último caso fue el de Ubaldo Mesa, joven de 32 años, perteneciente al equipo de ciclismo de Tecos de la UAG, que el pasado 9 de octubre, cuando estaban a punto de cerrar su participación en la prueba contrarreloj de la clásica de San Cristóbal, en Venezuela, falleció pese a que llegó de inmediato la asistencia médica y fue enviado al hospital.
Según señaló el doctor Gustavo Martín Pineda Nava, coordinador de laboratorio de cardiología fisiológica del Instituto de ciencias aplicadas a la actividad física y el deporte, de la UdeG, la principal causa de muerte en deportistas menores de 35 años, son por problemas congénitos del corazón, según investigaciones científicas en el ámbito mundial.
“Alrededor del 90 por ciento de los fallecimientos son por una dificultad congénita, esto es, que el deportista nació con un problema y no se detectó en su vida hasta que agoniza o tiene un problema serio”.
De estas enfermedades congénitas alrededor del 50 por ciento, es la denominada miocardiopatía hipertrófica, que significa que el corazón crece exageradamente.
“Alguna porción de este órgano específicamente parte del ventrículo izquierdo, es una de las cámaras del corazón, crece tres o cuatro veces más de lo normal, lo que desarrolla dos grandes problemas: que no salga la sangre apropiada del o que ocasione arritmias severas, con las que no da tiempo de tener atención rápida y oportuna y se traduce en la muerte”.
Explicó que en personas mayores de 35 años de edad, la principal enfermedad es la ateroesclerosis coronaria, que significa que alguna de las coronarias se llena de grasa e impide el paso normal de la sangre y en un momento dado, puede taparla y tiene como consecuencia un infarto al miocardio.
Pineda Nava lamentó que en muchos de los casos no se tiene la evidencia de la necroscopia en forma pública, por lo que no se conoce el problema exacto por el cual falleció.
Expresó que estas defunciones podrían evitarse con la aplicación de exámenes profundo a los deportistas.
“La mayoría de las veces sí se puede detectar por medio de exámenes específicos, pero casi en todos los casos a los deportistas les realizan un examen médico que consiste en una exploración física y el interrogatorio.
“Si pudiéramos hacer exámenes como un electrocardiograma, radiografía de tórax y una prueba de esfuerzo, tendríamos un arsenal bastante completo para poder detectar hasta en un 90 por ciento problemas de esta índole, pero en algunos de los casos los estudios no se realizan por el costo”.
Puntualizó que el Colegio americano de medicina del deporte, establece que toda persona que realiza o va a iniciar un programa de actividad física, debe someterse a un chequeo de todas esas pruebas.
“Así podríamos detectar muchos problemas ocultos y que no los podemos evidenciar con un chequeo médico en reposo”.