El sur del estado también vivió su particular pesadilla: un incendio que duró 13 días y afectó 12 mil 177 hectáreas, entre área forestal, selva baja y agropecuaria de acuerdo con datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial de Jalisco (SEMADET).
Juan Valencia García, catedrático del Centro Universitario del Sur, explica que las quemas agrícolas se han salido de control y no se cumple la Norma Oficial Mexicana 015, derivado de un cambio notable en la dinámica económica de la región. A esto se suma una situación delicada, pues de cinco años a la fecha se ha dado aprovechamiento clandestino y robo de madera.
“La gente de la región tiene la idea de que esos eventos de incendio tuvieron como objeto abaratar el costo de la tierra, pues a raíz de tanto huerto de aguacate la tierra se encareció muchísimo”, apunta el especialista.
Los daños de los últimos incendios en el Sur de Jalisco se desglosan así: El Fortín: 3 mil 700 hectáreas, 70 por ciento fuera del área forestal (selva baja y agroindustria), entre los límites de Zapotlán el Grande, Sayula y San Gabriel; La Gatera: 3 mil 800 hectáreas, entre los límites de Zapotlán el Grande y San Gabriel; Nevado de Colima: 886 hectáreas, 89 dentro del Bosque Mesófilo, Área Natural Protegida a nivel estatal; en Floripondio, 691 hectáreas y, en el Carpintero, 3 mil 100 hectáreas.
Ante tal situación, Valencia García explica que las autoridades deben asumir con firmeza su rol de protectores de los bosques. La primera instancia es la Comisión Nacional Forestal (Conafor), en la prevención, control y combate de incendios y la responsable de la aplicación de la justicia ambiental es la Profepa y el Gobierno del Estado debe vigilar que se apliquen criterios de regulación ambiental del POET (Programa de Ordenamiento Ecológico General del Territorio)
“Para el caso de Ciudad Guzmán también cuentan con plan de ordenamiento ecológico territorial. El municipio de Zapotlán y Gómez Farías también tienen responsabilidad”, sostiene.
