El oficio no demolido

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Para Diego Vergara Álvarez, encargado del Centro de Arquitectura y Territorio, Ignacio Díaz Morales “es el arquitecto más influyente de la Guadalajara moderna, del siglo XX”. Por ello es que la asociación que dirige se propuso montar una exposición monográfica sobre él, que estará presente en el Museo de las Artes de la UdeG a partir de este nueve de octubre y hasta el dieciocho de enero del año entrante, bajo el nombre de Ignacio Díaz Morales. El oficio del arquitecto.

Díaz Morales fue fundador de la Escuela de Arquitectura de la UdeG, y es autor de obras residenciales y de espacio público en diferentes partes de la república, si bien su mayor concentración se halla en Guadalajara, como la Cruz de Plazas, ubicada en el centro histórico tapatío.

Más allá de “revalorar al personaje, al arquitecto y su influencia”, Vergara Álvarez refiere que otra gran intención de la exposición es un debate acerca de la “centralización sobre la historia de la arquitectura mexicana”, ya que prácticamente todas las publicaciones sobre el tema “hablan tan sólo del DF, cuando aquí ocurrieron cosas importantes”, que incluso tuvieron más trascendencia que lo hecho en la capital, asegura Vergara Álvarez. Por lo que la exposición pude servir para “reactivar el tema y a ver si hay investigadores que se animen” a estudiarlo.

Pero en las pretensiones del montaje hay una que quizá se sobreponga a todas. Y es que Vergara Álvarez dice que se quiere dar su lugar a la arquitectura de esa época y “conocer su importancia, saber que necesitamos conservarla para saber cuáles fueron nuestros orígenes, cómo habitábamos esta ciudad. Y quizá contribuir a parar el deterioro y la demolición que en los últimos años se ha dado al por mayor en Guadalajara. Tal vez se pueda enamorar a la ciudadanía con esta narración arquitectónica, para que valoren más su historia”.

Se calcula que Díaz Morales llegó a construir alrededor de cien proyectos, de los cuales varios ya no existen, y el total de obras concebidas ronda las doscientas; de ello existe registro en un acervo que se encuentra en posesión del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente.

Aunque la obra de Díaz Morales es diversa, cuenta con un área en lo religioso, por haber formado parte de un grupo de arquitectos que trabajaron el ars sacra. Mucha de su obra de vivienda se ubica en la Colonia Americana y cerca del Parque Revolución. Su periodo de creación abarca un tiempo comprendido entre los años cincuenta y ochenta.

Incluso, la obra más conservada de Díaz Morales es la religiosa, al contrario de la residencial, pero también existe otra que intervino pero que no se conoce demasiado, salvo en los archivos, como en el caso del Teatro Degollado.

El trabajo de Díaz Morales se encuentra catalogado y bajo la protección del gobierno estatal, pero, reconoce Vergara Álvarez, “esta protección casi nunca aplica”. Más, agrega, por el lado de los arquitectos sí existe un interés por su conservación y difusión.

Díaz Morales formó parte de la corriente llamada Regionalismo, en la que también participaron Luis Barragán, Rafael Urzúa y Pedro Castellanos. Después se enfocaría más a los cánones de la arquitectura moderna, aunque tratando de conservar una identidad local.

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