En los últimos meses hemos sido testigos del “virus sexenal”: aquel que afecta a un determinado grupo de la población y ataca de manera feroz a los individuos que, juntos, conforman los partidos políticos de esta nación.
Claro, me refiero a la lucha por la presidencia de la república, ese arduo camino que lleva consigo costosas campañas electorales aderezadas con chantajes, mañas y escándalos.
¡Vaya locura que estamos viviendo! Diario los medios masivos de comunicación nos bombardean con propaganda política. Es común ver a todos los candidatos mencionar la pésima situación del país y cómo pueden cambiar su rumbo. La mayoría nos “hablan bonito” con el propósito de seducirnos para que votemos por ellos, pero luego las promesas que nos habían hecho quedan en el olvido.
Ahora los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN) se dan con todo, mientras que el de la Revolución Democrática (PRD) intenta hacer alguna cosa y el Verde Ecologista de México (PVEM) confía en ganar algo, gracias a su alianza con el PRI.
Escándalos y chantajes son los golpes directos al desprestigio político, las armas perfectas para destruir al oponente, y un melodrama constante que se complica. El desenlace parece inseguro. Es el cuento de nunca acabar.
Desde mi punto de vista, el actual gobierno no ha dado mucho para sentirnos orgullosos. Ha abusado de los medios de comunicación para darnos a conocer sus mejoras, aunque todavía existen carencias.
México no cambiará de la noche a la mañana, además de que en este tiempo, el PAN ha cometido numerosos errores. Es el mismo presidente, esa persona encargada de representarnos, quien tiene la función de lograr buenas relaciones diplomáticas con otros países.
Sin embargo, parece que esto no se le da al señor Vicente Fox, blanco de burlas por parte de mexicanos y extranjeros, quien se ha transformado en una caricatura viviente y ha sembrado el desprestigio para nuestra nación. Con esto no pretendo minimizar el trabajo del PAN, pero tampoco voy a aplaudir sus quiméricos triunfos.
Es preocupante el rumbo que toma nuestro país. Por este motivo, debemos mostrar interés en los próximos comicios.
Por ahora solo me pregunto: ¿será una utopía pensar en un gobierno que logre solucionar los cuantiosos problemas de México? Desde el punto de vista democrático, todo depende de los votantes.n
Alejandra Elizabeth Islas ílvarez, estudiante de contaduría pública, CUCEA.