De cara a la competencia extranjera, la pequeña y mediana empresa mexicana enfrenta el reto de incrementar su competitividad para sobrevivir.
Con este fin que surgió el Instituto para la innovación y la tecnología en la pequeña empresa, adscrito al Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA).
Su director, el especialista Ricardo Arechavala Vargas, explicó que la industria tradicional (dedicada a la producción de muebles, zapatos, plásticos y calcetines, entre otros productos) cuenta con pocas posibilidades de desarrollo ante la competencia proveniente de los países asiáticos.
“Si el empresario mexicano no invierte en tecnología, sus días están contados. De seguir la misma tendencia, es probable que las empresas mexicanas se conviertan en comercializadoras de productos chinos o que desaparezcan, tal y como ocurrió con la industria juguetera”.
El Instituto para la innovación y la tecnología, apuntó Arechavala, tiene como misión contribuir a que las pequeñas y medianas empresas se fortalezcan. El reto es cambiar la mentalidad del hombre de negocios en México. Es necesario “enseñarle qué puede hacer la tecnología”.
El investigador recordó que los industriales ya no pueden comprar maquinaria obsoleta, ya que las compañías más modernas y con menores costos de producción les “comerían el mandado”.
“Nos interesa impulsar a la empresa desde que surge como proyecto. A la persona interesada en fundar una compañía nosotros podemos ayudarle a crear un plan de negocios, así como a las empresas que ya están operando podemos apoyarlas con un diagnóstico a partir del cual elaboremos un proyecto de mejora”.
El instituto también hace trabajos por contrato, como elaborar un diagnóstico de un sector o giro para una organización pública o privada, una cámara u organización gubernamental.
Las cuatro áreas en que se subdivide el instituto son: propiedad intelectual, investigación, consultoría y la parte administrativa.
En el área de propiedad intelectual asesoran a los empresarios en cuanto a marcas, patentes, inventos y comercialización de la nueva tecnología que crean.
“Un caso concreto en el que proporcionamos asesoría es el de un trabajador de la construcción que se desesperó de doblar varilla en forma tradicional e inventó una máquina para facilitar su labor. La máquina resultó novedosa y eficiente en el mercado internacional. La Universidad lo único que hace es ayudarlo a comercializar y licenciar su tecnología”.
En el instituto colaboran 12 investigadores y ocho profesores de asignatura, además de los estudiantes interesados en participar. Los servicios que ofrecen tienen una cuota mínima de dos mil 500 pesos. “El costo total dependerá de las dimensiones del proyecto, de las horas de trabajo que requiera”.
Los investigadores han elaborado una base de datos que incluye los resultados de más de 250 casos. De esta manera “podemos llevar nuestro sistema a una empresa.El dueño contesta una serie de preguntas y el sistema lo compara con la base de datos para efectuar un diagnóstico en torno a la comercialización, producción, finanzas, etcétera”.
Para mayores informes, los interesados pueden comunicarse al 37 70 33 00, extensiones 5507, 5509, o acudir al edificio G, interior 302, del núcleo Belenes.