Con los desastres naturales en nuestro país y en el mundo, el frenesí de los norteamericanos con sus decisiones que involucran el destino de México de múltiples formas y un sexenio que a la luz de su ocaso no consigue ocultar lo poco productivo que ha sido, más de uno se pregunta, aterrado, qué cruel destino le espera al hombre de mañana.
Ya sea por pensamiento crítico o influencia mediática, la situación nacional y mundial es crítica. El fatalismo ronda como ave de rapiña…
Hace cien años, se incorporaba EE.UU a la gran masacre denominada Primer Guerra mundial, se formó el primer país comunista (régimen político el cual se caracteriza porque sus habitantes apuestan su vida por salir de él); en México reinaban las armas durante nuestra Revolución. Hace 50 la masacre humana continuaba en el clímax de la Guerra Fría, en Vietnam. Hace 25 años Guadalajara estalló.
Si alguna misión tiene el ser vivo, es el instinto y compromiso por sobrevivir. Nótese cómo cada conflicto es en gran medida ocasionado por el mismo hombre, complicándose su existir. El mañana aguarda con dificultades enormes, pero el deseo de sobrevivir ha de prevalecer.