Quizá conocemos algunas de las infecciones más comunes o de las que todo el mundo habla. Sin embargo, no son las únicas.
La trichominiasis es una infección de transmisión sexual causada por el parásito trichomonas vaginal. Afecta únicamente a los seres humanos. Se considera que el varón es el portador principal, ya que la infección en él es asintomática. Por lo tanto, la puede transmitir sin darse cuenta. Esto origina una mayor propagación de la misma. La mayor prevalencia presentada en las mujeres es en edades entre los 16 y 35 años.
Aunque la transmisión es estrictamente venérea, se han presentado casos en mujeres que han compartido esponjas o toallas infectadas Este parásito tiene la capacidad de sobrevivir en un ambiente cálido y húmedo, por lo que debemos tener mucho cuidado e higiene al estar en baños y regaderas de uso común.
Si eres mujer y presentas prurito, ardor y/o secreciones amarillentas en la zona genital, debes acudir al médico y descartar alguna posible infección por trichomonas.
En los varones, el trichomonas posibilita una infección asintomática. En algunos casos excepcionales o cuando la infección se vuelve crónica, ellos presentan prostatitis, ardor al miccionar y secreciones uretrales. Estas señales indican que la trichominiasis está presente en el organismo.
Más vale detectar que infectar. Si vas a comenzar tu vida sexual o ya la prácticas, toma las medidas necesarias para protegerte y también a tu pareja.
Lo ideal es acudir al ginecólogo para que nos ayude a detectar y prevenir eventos de esta índole en nuestras vidas.
