La eterna Rita vuelve a Guadalajara

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En los años ochenta el rock mexicano tomaba el aliento creativo de una generación que enfrentaba la falta de foros y la represión. La industria discográfica aún dominaba el mercado y determinaba las estrategias de difusión. Para entrar en ese circuito, los rockeros debían firmar una lealtad ventajosa con alguna de estas empresas que colocaban al pop y a la música regional en el lugar de privilegio. En esos años, Rita Guerrero era una joven que había dejado Guadalajara para continuar su formación artística en la Ciudad de México como estudiante del Centro Universitario de Teatro. Ahí, decidió que su voz alcanzaba plenitud en el canto y en la composición de letras, que, poco después, miles de jóvenes entonaríamos a todo pulmón.

Rita, la eterna Rita, vuelve a Guadalajara, la ciudad donde nació y que también lloró su muerte prematura en 2011, gracias al homenaje que la Coordinación de Música de Cultura UDG prepara para recordarla y honrar su memoria.

“De vuelta al sol” es el nombre del concierto que se celebrará el próximo 29 de septiembre en el Conjunto Artes Escénicas y en el que sus compañeros en Santa Sabina: Alejandro Otaola, Alfonso Figueroa, Patricio Iglesias, Juan Sebastián Lach, Jacobo Lieberman, Leonel Pérez, Aldo Max y Pablo Valero, interpretarán el repertorio de una de las agrupaciones más singulares del rock en español. 

Calificada como el grupo revelación de fin de siglo, Santa Sabina marcó a varias generaciones con un rock de avanzada que alteró sensiblemente los prototipos musicales del género. Rita fue sin duda una de las principales razones de la notable singularidad de la banda. No sólo fue la líder natural de su agrupación por enfrentar con oscura sensualidad el micrófono, sino también por los compromisos que estableció con una sociedad fracturada que peleaba, entre otras cosas, la inclusión del mundo indígena a través de la lucha Zapatista.

Aquel México también era de los jóvenes. Millones de ellos buscaban espacios para la expresión en un país con infraestructura cultural mínima, que estaba tomada por la visión oficial, que abrazaba el descascarado concepto de bellas artes. Santa Sabina era una banda que también peleaba por aquellos espacios, denunciaba sus cierres y la persecución que sufrían quienes se atrevían a abrir un lugar para hacer toquines. Ese país fue el de la Última Carcajada de la Cumbancha en San Ángel, en la Ciudad de México, que convocaba a quienes seguían a Caifanes, La Maldita Vecindad, La Lupita, Café Tacvba y, claro, a Santa Sabina. En nuestra ciudad el foro Roxy llenaba a reventar con cada propuesta y los conciertos de Santa Sabina se hicieron leyenda. La voz y presencia de Rita atrapaban, su enigmática figura se extendía hasta la música que costaba tanto calificar. ¿Rock gótico? Su música era progresiva y en cada frase invocaba a la oscuridad, a la otra cara de nosotros, la más íntima, que sin embargo conseguía salir junto a otros cuando, sudorosos, coreábamos sus canciones en vivo.

La experimentación siempre estuvo presente en su trabajo creativo. Babel (1995) y  Mar adentro en la sangre (2000) son quizá los álbumes más cercanos a ese espíritu de búsqueda que indagó en el expresionismo alemán y el surrealismo.

Rita, la que honró a la chamana oaxaqueña, Rita la potente mezzosoprano que se dejó influir por el canto medieval y el gótico; Rita la que corrió todos los riesgos para cantar música barroca; Rita, la guerrera que no cedió a la presión de las disqueras para acercarse al pop; Rita regresa a Guadalajara en la música que compuso junto a Santa Sabina, para un encuentro generacional que resulta imperdible.

CONCIERTO

De vuelta al sol

Sala 2, Conjunto de Artes Escénicas

29 de septiembre, 21.00 horas

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