La iglesia tradicional pierde fieles

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    La religiosidad, la fe y la necesidad de creencia por parte de todas las personas que habitan el mundo, rebasa a las instituciones, pues algunas de ellas sobre todo el catolicismo, no permiten la cercanía con sus fieles, coincidieron investigadores de la UdeG.
    El académico del Departamento de Estudios de la Cultura Regional del CUCSH, Wolfgang Voght consideró que contrario a la percepción que hace dos décadas la sociedad tenía de la devoción, hoy cada vez más la gente manifiesta su necesidad creyente.
    Sin embargo, las iglesias tradicionales están perdiendo fieles, pues cada vez hay menos que cumplen con las obligaciones propias de su fe.
    Por ejemplo, en Alemania, país natal del papa Benedicto XVI, el 10 por ciento de los católicos alemanes va todos los domingos a misa y lleva a cabo los preceptos básicos. “Lo más inquietante es que esa nación ahora está dividida en católicos, protestantes y otros que no tiene ninguna religión, como no sucedía antes”.
    El problema, consideró, es que existe un conflicto entre católicos laicos y la jerarquía eclesiástica, pues aunque hay una iglesia con un nivel fuerte, muchos devotos no se sienten integrados a ella, porque considera que no tiene la apertura para afrontar los tiempos modernos.
    “Por el contrario, margina a los católicos liberales y favorece a organizaciones radicales como el Opus Dei. Con ello se demuestra que la iglesia oficial, es un núcleo ultra conservador que quiere establecer las condiciones ordenadas que prevalecían antes del Concilio Vaticano II, promulgado por Juan XXIII” en las que la institución eclesiástica relegaba las necesidades y problemas de los feligreses.
    La directora del Centro de estudios sobre religión y sociedad de esta casa de estudios, Celina Vázquez Parada explicó que en la época del mencionado concilio, hubo una gran apertura de la iglesia que propició la discusión de temas que antes eran consideraron tabú.
    “Pero la política del actual papa es de cerrar estas iniciativas que él llama relativismo religioso. Él considera que estas ideas de la teología de la liberación, por ejemplo, están retiradas de la postura del Vaticano pero en contraparte se enfrenta a la tendencia de la sociedad de creer que todas las religiones son igual de válidas, y de que cualquiera puede escoger su religión para salvarse”.

    Jóvenes, iglesia y modernidad
    El hecho de que las celebraciones católicas del Día mundial de la juventud en Alemania durante el mes de agosto, hayan reunido solo a 405 mil adolescentes de todo el mundo, no es una casualidad, sino una muestra que la iglesia no atrae a los jóvenes, afirmó Voght.
    “Muchos de ellos no encuentran el atractivo en la iglesia que buscan. Se sienten atraídos por movimientos como la teología de la liberación o temas como la pobreza, asuntos que no tienen un espacio de discusión en las iglesias tradicionales”.
    Incluso, dijo, hay muchos sacerdotes que por miedo de cometer una herejía o entrar en conflicto con su obispo, se cierran a todo tipo de experimentos e innovaciones, por considerarlas un riesgo.
    Uno de los cuestionamientos y necesidades de la juventud mundial, incluido México, es la apertura que ahora existe respecto a las relaciones de la pareja y frente a la cual la iglesia ha tomado medidas drásticas como el no al aborto, al uso de anticonceptivos o a las relaciones prematrimoniales que son asuntos que atañen directamente a la juventud, señaló Vázquez Parada.
    “En estos casos los jóvenes hacen lo que les dicta su propia conciencia y no lo que la jerarquía les recomienda, aunque ello no quiere decir que les cuestione su identidad como católicos”.
    Y es que existe un distanciamiento entre lo que los eclesiásticos proponen y mandan y lo que los fieles realizan. Esto se refleja en rituales como la romería de la Virgen de Zapopan, que tan solo el año pasado reunió a tres millones de fieles.
    “La gran mayoría de ellos participan por la creencia hacia la imagen religiosa y no porque la iglesia lo mande, es la manera que los fieles se apropian de la religiosidad y manifiestan sus inquietudes espirituales”.

    Guadalajara, ¿la ciudad más católica del mundo?
    De acuerdo con una encuesta realizada hace cinco años por la Universidad del Valle de Atemajac (Univa), el 10 por ciento de los católicos en Guadalajara acude a misa.
    Este dato se contrapone a las cifras de los grupos juveniles y de oración que hay en la ciudad y que crecen a pasos acelerados, señaló el especialista en temas religiosos Víctor Ramos Cortés.
    “Vivimos en un ambiente con profundos simbolismos católicos. Si bien es cierto que hay una crisis de los jóvenes en lo que a catolicismo se refiere, también vemos como hay mas muchachos participando en organizaciones religiosas, como no sucedía antes. Eso es una paradoja”.
    Explicó que en casi todas las parroquias hay uno o varios grupos de adoradores nocturnos, o grupos especializados en jóvenes católicos.
    “Guadalajara se ha convertido en “una isla en el mundo católico”, porque existen 96 organizaciones civiles con principios religiosos que aglutinan alrededor de 500 mil personas, cifras que son difíciles de encontrar en cualquier país de Europa”.
    Asimismo hay 40 mil adoradores nocturnos, 220 personas involucradas en movimientos carismáticos.
    Aquí suceden fenómenos religiosos que no son reproducidos a escala nacional ni mundial, pues tenemos el seminario con mayor número de discípulos (más de mil internos y 600 externos) incluso que en Milán, es decir, en Guadalajara se ordenan más curas que hace 20 o 30 años “lo que nos da una idea de la magnitud de la creencia católica que prevalece en esta entidad y de que lo religioso está regreso”.

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