Se está venciendo el plazo para reemplazar a una tragedia de régimen político. El alivio correspondiente, no obstante, ha sido ahogado por la tenebrosa visión del futuro que se tiene a raíz de los candidatos para ocupar la vacante silla presidencial.
La incertidumbre actual, el miedo de muchos ayeres y la certeza que, nuevamente, no hay candidato a elegir, sino a evitar, es el refrito que no parecemos recordar por más de tres años. Se vuelve tendencia también en el mundo tener jefes de gobierno que representen su peor exponente, cuando la situación actual amerita hombres y mujeres sobresalientes.
Y lo que parece inconcebible es que, a pesar de disminuir el analfabetismo e incrementar el acceso a la información, la manipulación evoluciona y la mediocridad prevalece: la lectura se hace en línea, en redes de divulgación y engaño. Mientras el propósito no sea que gane México, absolutamente todos seremos perdedores.
¡Oh patria querida! ¿Si tus soldados sólo piensan reaccionan ante enemigos extraños, qué te espera ante profanadores conocidos?