Aunque el consumo excesivo de hormonas durante la menopausia puede ser perjudicial para la mujer, si el tratamiento es administrado según las instrucciones del médico, permite prevenir diversas enfermedades, entre estas la osteoporosis.
En opinión de José Panduro, ginecólogo obstetra y académico del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), si además de seguir las indicaciones del doctor, hay un chequeo constante, es probable que antes de ser perjudiciales, las hormonas resultan benéficas para la mujer, de tal suerte que mejoran su calidad de vida.
“Entre las ventajas del uso de tratamientos hormonales está el alivio de la sintomatología del climaterio, es decir, los bochornos, alteraciones emocionales, resequedad de la piel. Algo que es muy importante y a lo que se le ha hecho hincapié es la prevención de osteoporosis, para la que resulta conveniente el uso de hormonas”.
El especialista añadió que de combinar estrógenos con progesterona, las posibilidades de desarrollar cáncer de endometrio, en comparación de una mujer que no consuma hormonas, disminuyen.
No obstante, puntualizó que la toma excesiva de estas sustancias podría originar una serie de efectos negativos en la salud de las pacientes:
“Habría que aclarar que, como cualquier medicina, las hormonas pueden traer efectos colaterales. El problema en el uso de estos medicamentos es que antes había de una sola presentación: el Premarín –estrógenos equinos–, cuya dosis era elevada. Es posible que de ahí haya surgido cierto temor por estas sustancias.
“El uso de estrógenos puede ocasionar alteraciones en los lípidos (en las grasas de la sangre) y en la glucosa, producir tendencia a la diabetes, contribuir a que se formen cálculos en la vesícula, desarrollar hipertensión, tendencia a las varices y enfermedad tromboembólica. De los cánceres, estas hormonas han sido asociadas con el de endometrio y con algunos cánceres de mama, además de sangrados anormales en el útero”.
Según explicó el doctor José Panduro, los daños vendrían con el consumo de dosis elevadas, lo cual es difícil que ocurra en la actualidad, pues las dosis recomendadas son bajas y hay diversas vías de administración: oral (con grageas que se ingieren una vez al día), en parches (colocados una o dos veces por semana) y en ungí¼ento.
Tiempo de consumo
Todavía existe polémica respecto a por cuánto tiempo deben suministrarse hormonas. Mientras algunos afirman que lo mejor es evitarlas, otros aseguran que la mujer con trastornos menopáusicos debe tomarlas de por vida, y otros advierten que solo por un periodo de cinco a 10 años.
En opinión del académico universitario, para las mujeres que apenas arriban a la menopausia es importante que sigan este tratamiento los primeros años después de perder la menstruación, a fin de prevenir la osteoporosis.
“Si a alguien se le retira la menstruación a los 48 años, a partir de ahí es más útil darle hormonas que si se las damos cinco años después de que ya no menstrúa, ya que entonces es raro que se haga prevención de osteoporosis. Más bien sería para el alivio de síntomas”.