Nadie puede contradecir a la naturaleza. Los anegamientos en plaza del Sol continuarán ocurriendo, pero la diferencia luego de 35 años de edificaciones en esta zona consiste en que natura no es la única culpable, pues la mitad de la responsabilidad de lo que ocurre ahí en el temporal de lluvias recae en el hombre.
De acuerdo a información de las autoridades zapopanas, quienes se anotan un seguimiento puntual sobre el desarrollo y consecuencia de las inundaciones –casi cotidianas– en el norponiente de la ciudad, la principal causa de los desbordamientos es la arena y la basura que arrojan los colonos y ciudadanos en tránsito de los asentamientos que rodean a plaza del Sol.
“Necesitaríamos cambiar a Guadalajara para que no existiera la cuneta donde está la plaza”, comenta con molestia Gustavo de la Parra, propietario del añejo local de revistas, libros y periódicos que se encuentra junto al ingreso principal del centro comercial (librería México).
“La única solución y ayuda es que la gente tire menos basura, menos plástico”, asegura De la Parra.
La impotencia de los comerciantes del centro comercial es evidente y ya forma parte –como en navidad– del inventario de pérdidas y ganancias: “las inundaciones que se presentan aquí, sí nos afectan bastante. Nada más empieza a llover y se asusta la gente y desaloja rapidísimo la plaza, porque de quedarse no puede salir después”.
Araceli Juárez, la gerente de Exit, una tienda de ropa de mujer, afirma que es posible tener a 10 clientas, pero seis abandonarán de inmediato el local si empieza a llover.
Son variadas y abundantes las quejas de pérdidas en la zona. La mayoría de los entrevistados las reporta arriba del 50 e incluso hasta del 70 por ciento.
Quizá los dueños de cafés y pequeños restaurantes no se acongojan cuando llueve, pues “la lluvia y el café se llevan mucho. Como te quedas cautivo, las personas buscan un refugio”, afirma la propietaria de un sitio que no reporta pérdidas por este fenómeno.
El caso anterior es una marcada excepción. Restaurantes, salones de belleza y tiendas departamentales se reportan entre los más afectados por las lluvias. Incluso las empleadas ya tienen pulsado el temporal, para lo cual “se equipan” de calzado especial: paraguas, paciencia y el tiempo holgado para retornar a sus hogares por cualquier medio, desde “aventones”, taxis, camiones o “esperar a que venga el novio por nosotras”, dice una empleada.
Limpieza inútil
Vladimir Valdez Vázquez, director de mantenimiento urbano del ayuntamiento de Zapopan dice que el agua que inunda parte de plaza del Sol llega ahí por dos vertientes: una es el caudal que desciende del volcán el Colli, que se “encajona” a través de los canales de el Seco y el Garabato; otra es generada más al sur, por el rumbo de el Mante.
Ambas corrientes llegan hasta plaza del Sol, cuya infraestructura pluvial sería suficiente si no estuviera llena de basura, asevera el especialista.
“La arena es la culpable de la mitad del azolve en las bocas de tormenta y alcantarillas, pero la basura que tiran los vecinos de la zona, aguas arriba de plaza del Sol, es la causante de la otra parte del problema”, afirma Valdez Vázquez, quien año con año encabeza las labores de limpieza del área. Culpa a los vecinos de colonias como Guadalupe, Niño obrero, Moctezuma, Tepeyac y los propietarios de comercios de avenida López Mateos, que parecen no entender que la basura que arrojan en sus calles es “letal” para cualquier sistema de drenaje.
El funcionario indicó que los esfuerzos de limpieza son denodados, pero en los canales que atraviesan estas colonias aparecen no solo arenas, sino también objetos insospechados. “Es increíble encontrar carriolas, refrigeradores, muebles de sala completos y miles y miles de bolsas y artículos de plástico”.
“El plástico conforma un fuertísimo entramado con las ramas y hojas producto de las labores de jardinería en las colonias arriba de plaza del Sol, residuos que no retira el servicio de la basura, los que quedan en la calle y son arrastrados por el agua de lluvia”.
Una vez concluido el temporal del año pasado y hasta hace apenas unas semanas, trabajadores del ayuntamiento de Zapopan habrían retirado casi dos mil metros cúbicos de basura. Las jornadas de aseo terminan incluso después del fin del temporal (31 de octubre), “pero es increíble que de inmediato la gente vuelva a ensuciar los canales, las bocas de tormenta y las alcantarillas, por lo que resulta prácticamente imposible mantenerlas limpias todo el tiempo”.
Los miles de metros cúbicos de basura extraídos la víspera de la temporada de lluvias son retirados por cerca de 80 camiones cargados hasta el tope.
La limpieza de las áreas aledañas al centro comercial es incrementada durante el temporal, pero “cada vez que ocurra una tormenta importante, serán limpiadas”, prometió Valdez Vázquez.