Ida Vitale está en Guadalajara. La autora es la quinta mujer galardonada con el Premio Cervantes 2018, aspecto que no considera que es desigual, porque ella creció en una familia y en una nación pensando que las mujeres eran lo más importante.
“Por suerte tuve una familia en la que había 12 mujeres”. De ellas, algunas fueron directoras o maestras, comentó. “Yo crecí sintiendo que las importantes eran ellas, más que mi padre, por ejemplo (…) Las mujeres eran importantes en mi familia, en mi formación, incluso en mis lecturas. Por ejemplo, la primera cosa que leí de poesía fue de Gabriela Mistral”, narró.
Durante el Encuentro con Ida Vitale el pasado sábado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) , la poeta de 95 años de edad conversó con periodistas sobre lo que le dio México como creadora literaria, los premios, y hasta sobre las migraciones y el feminicidio en nuestro país.
“Para empezar, mucho antes de llegar a México, me dio a (Ramón) López Velarde, que para mí fue una revelación. López Velarde era un poeta que no tenía nada que ver con lo que había leído. También podría haberme dado a (Amado) Nervo, en la escuela. No fue necesario el contacto directo con el país, por eso el libro y la cultura son tan importantes, porque eso es lo que nos llega”, describió Vitale.
Pero no sólo admira a autores mexicanos o latinoamericanos, sino también a Fernando Pessoa, poeta portugués: “Ser poeta uruguaya no me limitaba a temas uruguayos, hay figuras como Pessoa que son poetas del mundo. Pienso que la poesía es de las pocas cosas que puede unir al mundo”, dijo convencida.
Sobre cómo ha cambiado su creación poética a lo largo de los años, Vitale no lo tiene consciente. “Es muy difícil levantarse un día y decir, soy ligeramente distinta a la que fui ayer”. Añadió que hay poetas que escriben de forma admirable, y a lo largo de una obra muestran rasgos distintos.
Al hablar del exilio, la autora piensa que leer poesía es como oír música. Consideró, además, que el exilio se padece de diferentes maneras. No obstante, quien lo enfrenta nunca empobrece, sino que a la larga lo enriquece.
Acompañada por la académica de la Universidad de Guadalajara, Dulce María Zúñiga, la también traductora y autora de la llamada generación de 1945 –junto con Mario Benedetti y Juan Carlos Onetti–, contestó a preguntas sobre los feminicidios en México. Para ella la solución tiene dos responsables: las autoridades gubernamentales y la educación.
“En primer lugar, la escuela es básica para formar una sociedad, y después el gobierno, que tiene que poner más o menos atención al problema, más o menos policía, más o menos control, o más o menos crear formas de educación pública”, sentenció.
Y añadió: “Antes nos enseñaban a ser seres humanos, ahora eso está degradado”.