La búsqueda del conocimiento comienza desde el momento en que surge la necesidad de obtenerlo. Se debe exteriorizar la necesidad y expresar el interés de modificar el ambiente a su favor. Entonces los objetos pasan de simples formas a ser objetos cognoscibles. Es necesaria la existencia de un agente que ayude a discernir ese conocimiento en el aprendizaje concreto.
Encuentro este espacio como un excelente medio para expresar y exteriorizar las ideas y los juicios que de cualquier objeto se tengan, y empezar a construir el infinito santuario del conocimiento, ya que es un espacio abierto, imparcial, libre, polémico, joven y sobre todo exquisito, que toda la comunidad universitaria debe tener, con un sentido de aprendizaje constante y recíproco, humilde y gratuito, ese aprendizaje que destruye a los edutecnócratas.
Este espacio de expresión se necesita en algún momento de la vida, para encontrarse con el crítico, poeta, dramaturgo o simplemente con ese escritor de diarios que nos satisface cuando enfermamos de soledad.
Cualquiera que sea el caso, explota tu talento, exterioriza tu opinión, tus inquietudes, transmite. Hay tantas cosas qué decir, tantas cosas qué aprender, interactúa con este medio y exprésate.