Mujeres que besan y tiemblan

    1542

    Una mujer madura, divorciada, que ronda los 45, vive acompañada de su única hija. La psicóloga le pide, como apoyo a su tratamiento, que se vincule con el entorno por medio de la lectura de poemas eróticos que debe leer frente al público para resolver asuntos pendientes en torno a su vida sexual.
    “La terapeuta pide a la mujer que exprese sus emociones, pero ella es incapaz siquiera de escucharse. Una manera de empezar a apropiarse de sí misma es verbalizar sus emociones, por lo que comienza a despertar en ella algo que estaba dormido, y en la obra es representado por un altar que la terapeuta le dice que construya a su eros”, señala Javier Serrano, director de la puesta en escena Mujeres que besan y tiemblan o el día en que Bertha reencontró su eros.
    Agrega que la obra de teatro, presentada cada lunes, a las 19:30 horas, en la sala Higinio Ruvalcaba, del exconvento del Carmen, es un monólogo interpretado y escrito por Olga Valencia, quien alcanza un estrecho contacto con el público, sobre todo el femenino.
    “La obra es esperanzadora y tiene un bonito final. Es un experimento en el que han podido mezclarse con acierto cuestiones narrativas, como la poesía erótica, con el trabajo orgánico de la actriz”.
    –¿Qué encontrará el público en esta pieza?
    –No es feminista, sino femenina en todo caso. Incluso hay un rescate de la imagen masculina (algo interesante para los hombres), por todas las implicaciones y problemas que pudiera vivir en torno a la sexualidad una mujer madura. Claro que las mujeres llegarán a identificarse de manera bastante estrecha con el personaje.

    Expresión orgánica
    Javier Serrano, profesor del Departamento de Artes Escénicas, de la Universidad de Guadalajara, explica que el montaje no habla tanto de la soledad de Bertha o cómo fue abandonada por su marido, sino de la formación del personaje a lo largo de su vida, su pasado, su historia y cómo llega a este tipo de situaciones. “Su soledad es más bien cultural”.
    “Como la obra fue escrita por la misma intérprete en el escenario, Olga Valencia asimila con facilidad el discurso, por lo que logra una actuación veraz, intensa y una conexión inmediata con el público”.
    Javier Serrano explica que la pieza será presentada hasta finales de julio y aunque las mujeres se identificarán con el personaje, el montaje está diseñado para entretener y gustar a toda clase de espectadores.

    Artículo anteriorJóvenes emprendedores de la prepa 5
    Artículo siguienteVolver al pasado II