Nuevo siglo nuevos retos del sindicalismo

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    1. La crisis de credibilidad que enfrenta el sindicalismo en México debe ser reconocida como fenómeno inherente a la degradación de la política. El pasado corporativo y el presente cada vez más progresista nos obliga a establecer alianzas estratégicas, pero también a marcar las diferencias.

    2. Desterrar, en un contexto desideologizante y mercantilista, la retórica contestataria sin propuesta. Las nuevas condiciones sociales requieren un renovado discurso, crítico, constructivo, firme y pertinente.
    3. El pragmatismo insustentable, ajeno a la historia, es la principal causa de la degradación de la república en nuestro país. Ha sido tan lacerante como la sobreideologización reduccionista que conduce a la demagogia, y ha convertido a los ciudadanos en presa fácil de la mercadotecnia política.

    4. En un contexto trivial, antihistórico y convulso, los sindicalistas debemos aprender a distinguir a nuestros aliados. Los demócratas de todos los partidos estarán dispuestos a rescatar a la nación de la derecha inculta que no ha sabido qué hacer con el poder ni con la oportunidad histórica de fomentar la anhelada transición a la democracia.
    5. Impulsar el proyecto de Estado nacional que nuestros representados demandan, por medio de las reformas estructurales abandonadas por el gobierno y los partidos, es parte de nuestra tarea. La transición debe ser retomada por el sindicalismo congruente. Sin reformas nada cambiará, pero con éstas y sin nosotros, podría agudizarse aún más el injusto e inequitativo concierto social.

    6. Reposicionar el sindicalismo en un país con 60 millones de pobres y un desempleo maquillado es una prioridad. El nuevo sindicalista debe abanderar las causas de sus representados, las de su comunidad y su patria. Luchar contra la exclusión social, por los derechos humanos, el ambiente y la democracia debe ser compromiso de un sindicalismo activo y actuante.

    7. La precariedad laboral como resultado de la creciente globalidad económica y cultural es, junto con la crisis pensionaria del mundo, tema fundamental del sindicalismo del siglo XXI. La internacionalización del derecho laboral, los tratados de libre comercio, la integración política y el envejecimiento de la humanidad son asuntos que debemos discutir sin determinismos categóricos.

    8. Generar nuestra evolución es el reto más difícil que enfrentamos. En materia de corresponsabilidad, democracia, equidad de género, autocrítica y tolerancia, el sindicalismo mexicano no es un ejemplo, pero debemos confiar en que, como en la historia reciente, seamos los universitarios quienes propongamos un nuevo modelo y nos reconozcamos en el principio científico para la supervivencia de toda especie: transformarse o desaparecer.

    *Maestro y secretario general del STAUdeG.

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