Es una carrera de la tercera edad, pero siempre en constante renovación. Eso la llevó en 2005 a la acreditación de su programa. Un regalo por los 70 años de vida.
En noviembre de 2005 la licenciatura en economía cumplió su septuagésimo aniversario. La Universidad de Guadalajara fue la segunda institución en el país que incorporó dicha carrera, luego de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Lo de la acreditación vino por añadidura. “El hecho de que la carrera haya sido acreditada es, sin duda, un mérito de todas las personas que están involucradas en ella: docentes, investigadores, administrativos”, manifestó el jefe del Departamento de Economía, del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas, Martín Romero Morett.
Van por más. “Esto no significa que bajemos los brazos y digamos: ‘ya estamos acreditados. No hay nada que mejorar’. Es falso”.
Romero Morett señaló que economía no ha recibido tanta difusión como otras carreras, pero “ha ido ganando espacios”, sobre todo en el sector privado. Antes se pensaba “que el economista solo podía ser indispensable en el sector público, en el gobierno”.
Y es que se trata de una carrera para aprovechar recursos. Rigurosamente estratégica. El mismo Departamento de Economía implementa esa rigurosidad. De 150 alumnos que entraban en años anteriores, el número se redujo a 120 para este calendario.
“La carrera de economía no es masiva en ningún lugar del mundo”, afirma el funcionario. Sobre la disminución en el cupo para estudiantes de nuevo ingreso en el 2006 A, Romero Morett explicó: “preferimos tener alumnos con vocación”.
Según el académico, estaban recibiendo aspirantes sin disposición para la economía y como es una profesión “muy difícil”, la deserción ocupaba un pupitre más en las aulas.
Martín Romero justifica: “las mejores instituciones de economía son aquellas cuyos procedimientos para seleccionar alumnos son rigurosos. Es mejor que quienes lleguen sean los que se van a quedar, a tener muchos y la mitad de ellos se salga por diversas razones”. Estas “razones” abarcan el deseo de cursar otra carrera, el desconocimiento de la economía, o que simplemente no era lo suyo.
“Es mejor así. Los recursos se aprovechan mejor”, dice el economista, con un lenguaje… de economista.
Dicha disciplina se extiende a otros campos, como la contabilidad y el comercio exterior. Pero quien cursa esta carrera debe poseer un alto nivel de habilidades analíticas y matemáticas. Tiene que ser estratega, visionario. Su función será la de “ayudar a la sociedad a marcar rumbo, así como a la toma de decisiones en las instituciones y en las empresas”.
El economista piensa en la expansión. Va más allá de la vida interna de la empresa. Conoce las tendencias en el ámbito mundial. Así, por ejemplo, India y China, que ahora surgen como las nuevas potencias, “han tenido una buena planeación económica de sus exportaciones, estímulos, fomentos a empresas. Todo lo que saca adelante a China son políticas económicas. Con India es igual. Antes lo hizo Taiwán, Singapur, Hong Kong, Y antes, Japón, y antes Estados Unidos, y antes Inglaterra…”. Esa es la importancia de la economía.