Hoy, para los estudiantes de la Universidad de Guadalajara, pareciera que escribir una tesis de titulación es algo anacrónico e incluso un absurdo, por lo que prefieren decantarse por alguna de las varias vías de titulación que ofrece nuestra casa de estudios.
La importancia de escribir una tesis de investigación es vital para probar al alumno en sus conocimientos y madurez profesional, pues resulta piedra de toque de su fortaleza ante la academia, síntesis de sus intereses y muestra palpable de la calidad de nuestros egresados. Prueba de ello fue la convocatoria del XXXIX Premio anual a tesis universitarias, que organiza la Cámara de Comercio de Guadalajara y que considera a los tesistas a nivel licenciatura y maestría.
En esta ocasión fueron 192 los participantes (86 de la UdeG), de los cuales 63 resultaron ganadores de un primer lugar o una mención honorífica.
No obstante, estos galardones y las palabras, que entre otros rectores de la zona metropolitana, nos dirigió el maestro Carlos Briseño, el acto pasó inadvertido para La gaceta, que publicó de forma tardía (núméro 511, página 17), un encabezado ambiguo; “UdeG gana premio anual de tesis”. La nota destaca solo cómo el investigador “Jorge Gómez ívila obtuvo el primer lugar en la categoría de administración”. ¿Acaso los demás participantes que ganamos un reconocimiento en nuestras distintas disciplinas, no merecemos una mención?
Pareciera que solo el citado académico merece atención en este medio universitario de difusión y el resto una referencia en la página web de la Universidad.
Qué triste resulta palpar el olvido voluntario y el menosprecio a quienes ponemos en alto el nombre de nuestra Universidad ante las demás con trabajo y aporte personal para llegar a una mejor sociedad del conocimiento.
El maestro Briseño Torres nos instó a “enseñarse a aprender”. Así pues, incito a La gaceta a no repetir una omisión tal en el futuro.