Roberto Valadez Soto, con maestría en ingeniería eléctrica y sistemas de control digital, por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), es profesor investigador de tiempo completo en el Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) e imparte, en licenciatura, matemáticas y estadística.
Uno de los cocos para los alumnos de licenciatura es la materia de matemáticas. Las causas de esta situación radican en que no existen actividades que estimulen a los estudiantes para adquirir el gusto por la asignatura. “Muchos docentes a nivel primaria no están conscientes o no tienen la preparación pedagógica para despertar en el alumno una mentalidad lógico-matemática”.
Los alumnos arrastran esta deficiencia cuando ingresan a la preparatoria y luego a licenciatura.
Al estudiar el grado superior, los académicos tienen que llenar estas enormes lagunas.
“Me gusta mucho impartir matemáticas I, porque implica un reto cambiar la actitud del alumno frente a la materia. Lo primero que les digo es: ‘Mi objetivo es que ustedes sean seducidos por las matemáticas’. Trato que redescubran la materia y hacerles ver su utilidad”.
Uno de los objetivos de matemáticas I es que el alumno haga una autogestión del conocimiento y aprenda a buscarlo. En este nivel a los muchachos les imparten clases de álgebra, ecuaciones de diferentes grados, matrices, geometría, es decir, las bases para que puedan comprender el cálculo diferencial integral.
“Me ha tocado dar clases a grupos que no están motivados para estudiar esta materia, en los que al menos logro quitarles su miedo a la asignatura. Algunos estudiantes se me acercan y me dicen: “¿sabe qué, maestro?, de veras que no muerden las matemáticas”.