El “pensamiento crítico” ha sido identificado como uno de los predictores más importantes del éxito académico y laboral. Este hallazgo está sustentado con múltiples estudios en los que prebostes de instituciones académicas y de la industria identifican al pensamiento crítico como una de las características intelectuales más importantes y deseables en sus estudiantes y equipo de trabajo, respectivamente.
Pero ¿qué es el pensamiento crítico? La respuesta puede ser ambigua, pues no existe una definición única. Sin embargo, Liu O.L. y colaboradores del Educational Testing Services (ETS), el organismo creador de los exámenes TOEFL y GRE —y uno de los centros de investigación en educación más importantes del mundo— crearon en 2014 una definición basada en dos ejes. Primero, habilidades analíticas, que se refieren a la capacidad del individuo para evaluar y analizar la evidencia y los argumentos disponibles. Y segundo, habilidades de síntesis, que se refieren a la capacidad del individuo para desarrollar argumentos coherentes que muestran entendimiento de la información analizada y de sus implicaciones al ámbito en el que se aplicarán.
Siendo esta habilidad tan importante, cabe preguntarse si la mayoría de los estudiantes y egresados de nuestra Universidad la poseen o la están desarrollando. Sin duda, esta pregunta debe ser cuestionada y respondida por los estudiantes y por todos aquellos que están a cargo de su educación.