Una llamada de alerta a todos aquellas personas que sean jefes de unidades, departamentos, coordinadores, para que dirijan su mirada a los trabajadores de esta Universidad que laboramos en el edificio de la Administración central, así como en los sistemas de enseñanza media y superior y que fluctuamos entre los 45 a 55 años, que sufrimos su menosprecio y hostigamiento.
Nosotros no podemos aspirar a obtener una categoría mejor, ya que el escalafón es obedecido a medias y a veces ni eso.
Por ello asevero que no toman en cuenta al trabajador. Nos hacen a un lado, cual si fuesemos un mueble o vestido viejo pasado de moda, lo que trae como consecuencia una devaluación de nuestra autoestima, que nos ocasiona problemas de salud (depresión, ansiedad, hipertensión) y sobre todo una amargura grande, tan grande que puede apreciarse en la mirada y un coraje hacia todo lo que represente jefatura, sentimientos o actitudes que se transforman en rebeldía, apatía, etcétera.
Esta situación va en aumento día a día. Ojalá pudiéramos pararla para que no llegue a constituir un problema grave, como es el mobbing de este tema.
La revista vasca titulada Lan harremanak número 7, año 2002 II (sobre relaciones laborales), contiene artículos de juristas, doctores, psicólogos, sindicalistas, etcétera, los que pueden ser útiles para conocer más lo que afecta al trabajador.
Tómense la molestia de observar al trabajador. No dudo ni un momento que advertirán de inmediato que tal o cual trabajador tiene un comportamiento distinto a los demás, ya sea porque está callado, enojado, renuente o ausente de su trabajo o que no trabaja.
¿Qué pasa con esa persona, por qué se comporta así? A toda acción hay una reacción. No estamos ciegos. Vemos la realidad de que las mejores oportunidades son para las personas jóvenes.
No estamos en contra de esto, sino todo lo contrario, porque tenemos hijos y sabemos que ellos también entran a la vida laboral y deben tener su oportunidad para crecer y desarrollarse, pero esto no otorga a los demás el derecho de marginarnos.
Nosotros tenemos la experiencia de los años vividos y ellos la juventud y el empuje necesarios para renovar esta institución, así como las nuevas tecnologías.
Se requiere esta combinación para brindad un excelente servicio a la comunidad universitaria.
No nos quiten esta oportunidad.
Algunos tienen la idea de que las personas que van a jubilarse o se jubilan quieren descansar, lo que resulta en ocasiones falso, puesto que desean desenvolverse en otro medio para mejorar su situación económica y profesional.
También tenemos expectativas de vida. Si un jefe quiere llegar a coordinador, un coordinador a rector, entonces por qué nosotros no podemos aspirar a mejorar nuestra vida.
Insisto: no sean como esas empresas que menosprecian a las personas que rebasan la edad de 30 años, lo cual es violatorio de la constitución.
Qué curioso: por un lado piden experiencia y por otro, juventud.
Suplico a las autoridades mencionadas más sensibilidad, responsabilidad para solucionar este problema sociolaboral.
Licenciada Luisa Fernanda García Pérez.