Toma la ciudad

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En el último lustro Guadalajara se ha posicionado como la sede nacional del circo. Esta consideración es resultado del trabajo conjunto de jóvenes ejecutantes de diversas disciplinas circenses, que agrupados en colectivos como Bravísimo, Les Cabaret Capricho, Cirko Alebrije, Circo Dragón y Fuoco di Strada, se han embarcado en el difícil camino de la gestión con resultados notables. El Festival Internacional de Circo Periplo es uno de los resultados más evidentes y este verano celebra sus primeros seis años de vida.

Del 9 al 26 de julio el circo toma la ciudad con espectáculos de alta calidad que convocan a artistas nacionales y extranjeros no sólo para presentar su trabajo, sino también para participar de la profesionalización de los más jóvenes interesados en el clown o los malabares, por ejemplo. Además, se impartirán conferencias y talleres relacionados con la gestión cultural, específicamente sobre la formación de redes y vínculos de circo en el extranjero, ya que, como sabemos, la movilidad es un asunto neurálgico en la formación de un artista.

Para Juan Méndez, miembro de la compañía Bravísimo y quien encabeza el sólido equipo de trabajo de este Festival, la ruta del circo en Guadalajara apenas inicia. Méndez defiende el impacto antes que la espectacularidad del Festival, por ello pone especial atención al brazo de este evento llamado “Circo Social” que lleva diversión y formación circense a pequeños que viven en zonas vulnerables.

Con galas, fiestas, espectáculos y escenarios abiertos Periplo toma sus ya tradicionales sedes: Foro Periplo, LARVA y la Alianza Francesa, a las que en esta edición se suman el Teatro Degollado y el Conjunto de Artes Escénicas.

Si bien la programación posee muchos atractivos, hay un espectáculo imperdible: Perhaps, perhaps… quizás de la artista mexicana de clown Gaby Muñoz, que luego de presentarse con gran éxito en escenarios estadounidenses y europeos llega a Guadalajara para conmovernos con un montaje que habla de la imperfección que nos habita y cómo el amor se convierte en la más ansiosa de nuestras búsquedas.

Greta, la protagonista, es una mujer que espera una sola cosa: el amor. ¿Acaso hay alguien que no lo busque? Greta es el personaje creado por Muñoz que consigue retratar los miedos que hombres y mujeres concentramos en la soledad, ese estado de vida con el que aún no aprendemos a lidiar. El sentimiento amoroso que culturalmente se manifiesta en la celebración de una boda, encuentra en esta producción manifestaciones humorísticas y ácidas que lo desacralizan, que al reducir la grandilocuencia de las expectativas que lo envuelven, lo humanizan.

Si lo único perfecto es el amor, ¿cómo se puede llegar a él siendo tan imperfectos como nosotros? Greta no es una loca que carga el vestido de novia en la cajuela, es una persona que evidencia de forma graciosa, sensible y melancólica la necesidad de todos: ser aceptados y queridos. Greta quizá nos enseñe, no a atrapar el amor, siempre resbaladizo, sino a conectarnos íntimamente con nosotros mismos.

El clown se convierte en una magnífica estrategia que deja al cuerpo el peso principal de la expresión y en Perhaps, perhaps… quizás Muñoz demuestra su dominio y precisión en esta añeja técnica circense.

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