Con más de 20 años en México y 15 de trabajar en el Departamento de Estudios Literarios, de la Universidad de Guadalajara, el doctor Joung Kwon Tae ha incorporado en el quehacer literario de nuestra ciudad lo mejor de la poesía coreana y ha buscado revelar la influencia oriental de la que se han nutrido destacados escritores latinoamericanos.
El investigador, originario de Seúl (Corea del sur), escribió dos libros sobre el tema: El elemento oriental en la poesía de Octavio Paz y La presencia del I Ching en la obra de Octavio Paz, Salvador Elizondo y José Agustín, en los que constata el influjo de aquellas tierras en estos autores.
“Ellos, además de Julio Cortázar, Lezama Lima y Jorge Luis Borges, tomaron mucho de la secuencia del I Ching para sus escritos. Podría decirse que son unos ‘locos del I Ching’. Octavio Paz me confirmó en una entrevista que tuve con él, que el poema ‘Piedra de sol’ o su libro El arco y la lira tienen mucha influencia de ese texto oriental”.
Poesía coreana
En los últimos años Joung se ha dedicado a traducir y dar a conocer la literatura coreana en Guadalajara.
“Aunque los inicios de la nueva época se remontan al siglo XVIII, en la historia de la literatura coreana la etapa moderna empezó propiamente en 1894, después de la revolución Tonghak y la reforma Kap oh. También la poesía coreana inició aproximadamente en 1894, cuando Corea empezó a abrir sus puertas a los europeos y efectuó la reforma para la modernización del país”.
Cambios políticos de 1950 a 1980 influyeron en la literatura coreana. Sin embargo, a partir de 1960 surge una tendencia literaria ‘pura’ que se aparta de los problemas políticos y sociales. Entre los poetas de esta generación, destacan Park Yon Rae, Park Joung Man, Lee Ka Rim, Kang In Han.
“Sin embargo, la mayoría de los jóvenes modernistas cambiaron su rumbo literario a fines de los 70, como por ejemplo Oh Sae Young, que escribió la poesía del ser existencial, y Joung Hyun Jong, que trató de escribir la poesía sobre el concepto de la vida”.
