La región de Bahía de Banderas, en Vallarta y Nayarit —con una tradicional vocación por el turismo de playa— pudiera diversificar la oferta de atractivos para sus visitantes al impulsar el turismo rural dirigido al cacao, ya que tiene zonas ideales para las plantaciones; además, existen registros ancestrales de su aprovechamiento.
“La dupla gastronomía y turismo —actualmente tan apreciada— sería una simbiosis adecuada para proponer la creación de productos innovadores que permitan a los agricultores de Nayarit ser partícipes de la cadena de valor del agroturismo”, detalla una investigación que realiza la profesora de la Universidad de Guadalajara, Laura Alicia Aguilar González.
La integrante del Centro de Investigación e Innovación Gastronómica del Centro Universitario de la Costa (CUCosta), ubicado en Puerto Vallarta, enfatizó que el modelo de sol y playa seguirá vigente, pero la Organización Mundial de Turismo refiere que entre tres y 6 por ciento de turismo global busca experiencias rurales.
De acuerdo con la académica la región recibe alrededor de 4 millones de turistas al año, de los cuales el rural aporta 120 mil.
Aguilar González lamentó que el turismo de sol y playa continúe desplazando otras actividades económicas, por lo que se podría crear una ruta del cacao, de la que hay ejemplos en México, pues en las últimas décadas se ha retomado su valor, usos culturales e historia.
Hay que recordar que en el año 2010, la gastronomía mexicana fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Ante eso, la académica dijo que con esa distinción nuestro país debe trabajar, entre otras cosas, para fomentar los cultivos ancestrales.
Sobre los elementos históricos y naturales que favorecen las plantaciones de cacao en la zona, respondió que es un árbol que crece en un sistema agroforestal. “Rodeado de árboles maderables, frutales, imagínate lo sustentable que es la planta de cacao, lo que es una garantía que abona a un ecosistema saludable”.
Además, Nayarit es la frontera norte de la franja cacaotera del mundo, al ubicarse en los 20 grados latitud Norte, un ecosistema ideal para las plantaciones del árbol.
Respecto a lo cultural, manifestó que apenas están documentando la historia del cacao en esta región, porque hay poco material escrito. La mayoría de datos etnohistóricos sobre su origen y domesticación están en Chiapas y Tabasco, en México, así como en Centroamérica y Sudamérica.
Comentó que civilizaciones prehispánicas empleaban el cacao como un elemento para las ceremonias para las deidades, aunque no gastronómico como sucedió en otras regiones, por lo que este elemento debe “tomarse muy en serio”.
“Lo más sorprendente es que sigue vigente, es decir, las culturas wixárika, cora, tepehuano y mexicanero lo siguen integrando a sus rituales; sigue viva esa tradición, ahora en forma de chocolate, porque el cacao como cultivo o plantaciones dejó de trabajarse en esta región”, indicó.
“En las comunidades wixaritari, especialmente, lo siguen integrando y de aquí hasta Zacatecas y Casas Grandes (en Chihuahua), es una ruta de interconexión cultural que ha existido desde hace más de mil años y que lo siguen preservando”, comentó la académica y agregó que esto habla de la importancia histórica y actual del cultivo.
Sobre las estrategias políticas y sociales que deberían de seguirse para conformar el turismo rural del cacao, y que beneficie a la sociedad y el medio ambiente, aseveró que la clave es promover la educación en la comunidad.
Lo primero es “concientizar sobre la riqueza de patrimonio tanto cultural como natural que tiene. Segundo, los gobiernos tanto locales, estatales y en todas las esferas, deben promover el desarrollo regional, endógeno, que parta de lo local hacia lo más global”.
La académica añadió que el turismo extranjero valora mucho las prácticas agrícolas. “¿Podrías creer que hay personas que nunca han estado, por ejemplo, en una plantación de maíz, que nunca han visto una mazorca, y que están ávidos de conocer los usos y costumbres de la vida campirana, la elaboración de alimentos tan sencillos como la tortilla, un pozole, una salsa de tomate?”, cuestionó.
Dijo que aunque tenemos esa riqueza, no la valoramos, pero que de hacerlo ayudaría a dinamizar la economía y la vida de la población.
Para hablar del tema, Aguilar González dictará la conferencia: “El cacao, árbol ancestral”, actividad que forma parte del programa Sábados de Ciencia, a efectuarse el sábado 20 de octubre en el auditorio Juan Luis Cifuentes Lemus, del CUCosta, a las 10:00 horas.