Aquiles Sánchez partió de Ixtlán del Río, Nayarit, para estudiar la carrera de Ingeniería Civil en el CUCEI y enfrentarse a estar solo, en una ciudad que era un enigma por completo para él
Un gran sector de estudiantes del Centro Universitario de Ciencias Exactas (CUCEI) proviene de alguna región externa a la zona metropolitana, ya sea desde la periferia de Jalisco o de otros estados. Sin embargo, todos comparten las dificultades que conlleva la lejanía.
Aquiles Ariel Sánchez Sandoval es uno de ellos. Él es originario de Ixtlán del Río, un municipio del estado de Nayarit y vive desde hace dos años en Guadalajara, cuando comenzó sus estudios en la carrera de Ingeniería Civil.
Para él, todo el proceso de adaptación fue vertiginoso y algo caótico, encontrar una residencia no resultó demasiado complejo, gracias a sus padres, quienes se enfocaron en buscarla mientras él llevaba a cabo el examen de admisión. Sin embargo, los retos comenzaron desde el día que salieron los resultados. No podía creerlo, había sido admitido en la Universidad de Guadalajara y aún con la emoción inicial, debía estar empacando sus maletas para asegurarse de llegar a tiempo a los cursos de inducción.
“Yo no sabía nada, ni siquiera había freído un huevo en mi casa”, comenta Aquiles, quien pasó toda su vida en el núcleo familiar y ahora de repente se enfrentaba a estar solo, en una ciudad que era un enigma por completo, residiendo en una casa con diversos compañeros de cuarto, los cuales también eran desconocidos en su totalidad.
Pero tenía claras las dificultades que existen en Nayarit respecto al tema laboral, así que, aunque fuera un desafío, sabía que necesitaba madurar como individuo: “Quería ponerme a prueba a mí mismo, como un reto, quería poder evolucionar no solo académicamente, sino también como persona”. Con todo esto en mente, optó por enfrentar los obstáculos y partió de su estado natal.
Desde el momento de su llegada, la realidad le cayó encima: necesitaba aprender a cocinar, a moverse por la ciudad, a cuidarse a sí mismo. Inicialmente Aquiles ni podía plantearse tener tres comidas al día o una alimentación medianamente saludable, incluso con dificultades entendía cómo funcionaba la lavadora. Además, debía administrar los recursos económicos con los que contaba y considerar la situación que debía sobrellevar su familia en Nayarit.
“Mi papá antes no pitaba, es decir, mi papá era arbitro, pero dejó de pitar un tiempo. Pero después que yo me vine para acá tuvo que regresar a pitar, él tiene ahorita un problema en la rodilla, eso me preocupa mucho, porque a veces tiene que estar corriendo. Son muchas cosas que me preocupan, sé que él esta estresado por mandarme dinero, así que trato de reducir gastos”.
Todo esto ha formado un carácter en Aquiles y ahora tiene una visión para su futuro: prepararse en el ámbito laboral y con ello poder ingresar a trabajar en su campo de estudio, aprovechando las prácticas profesionales que son requeridas para optar por el título.
Con 19 años, ha logrado superarse a sí mismo como en un principio imaginó. “Cada día aprendo una cosa nueva”. Hoy ya no sólo se limita en su estadía para sobrevivir, también ha incursionado en los comités estudiantiles del área de ingenierías por su deseo de ser un referente para sus compañeros de carrera si requieren ayuda, y ser más cercano a cada persona que necesite apoyo.
Con todo esto Aquiles representa a decenas de estudiantes que se encuentran alejados de aquellos a quienes aman y de todo lo que conocían, pero aun así se integran exitosamente en la comunidad universitaria, avanzando, cultivándose, superando lo inimaginable.
Quería ponerme a prueba a mí mismo, como un reto, quería poder evolucionar no solo académicamente, sino también como persona.
Aquiles Ariel Sánchez
Este contenido es resultado del Programa Corresponsal Gaceta UdeG que tiene como objetivo potenciar la cobertura de las actividades de la Red Universitaria, con la participación del alumnado de esta Casa de Estudio como principal promotor de La gaceta de la Universidad de Guadalajara.
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