Azúcar, ejercicio, virtualidad, sexo, drogas. Las personas pueden hacerse adictas a casi cualquier estímulo que les produzca placer; para evitar esta situación el cerebro se protege, pero en ocasiones es insuficiente y se corre el riesgo de caer en un adicción que para superarse requiere de un tratamiento integral y interdisciplinario.
Las adicciones son problemáticas de salud que comparten un mismo mecanismo cerebral: la disfunción del sistema de motivación y recompensas, explica Aidee Guadalupe Uribe González, profesora del Departamento de Neurociencias del Centro Universitario de Ciencias de la Salud y encargada del Programa de Actualización en Neurociencias de las Adicciones.
“El problema es que la droga los hace experimentar un placer sumamente exponencial, el máximo de los placeres, y como le gusta al cerebro, lo aprende y la mayoría de los cerebros buscan experimentar otra vez ese placer”.
Sin embargo, el panorama del tratamiento de las adicciones aún se encuentra en evolución, considera la investigadora.
Para consolidar este rubro, Uribe González estima que deben de abordarse desde diferentes perspectivas, ya que se estima que 60 por ciento de las personas adictas son genéticamente susceptibles a desarrollar una adicción, y conocer esta problemática desde las neurociencias podría ayudar.
“Para protegernos, el cerebro le cierra la puerta a las drogas en un esfuerzo para decir que ese placer es efímero. Y lo hace cerrando los receptores neurológicos que reciben la droga, pero el paciente puede continuar consumiendo hasta producir cambios moleculares y fisiológicos cerebrales”.
Estos problemas moleculares y fisiológicos no son exclusivos del consumo excesivo de drogas, sino que se pueden presentar en cualquier adicción. Uribe González menciona que debido a la naturaleza de las adicciones, deberían abordarse desde una misma perspectiva.
“La única diferencia es la conducta porque el daño cerebral es el mismo; la enfermedad es la adicción y por lo tanto todas deberían tener el mismo abordaje, en un enfermo la conducta adictiva es el consumo de sustancia psicoactivas, el sexo, el chocolate, etcétera”.
Tratamientos especializados
Con el paso del tiempo el ser humano ha generado desarrollo en varios ámbitos. Pero ese mismo desarrollo puede producir conductas adictivas en los individuos; Uribe González menciona que además de hacer un daño físico, la adicción a las drogas también trae problemas sociales y emocionales a los pacientes.
“La droga va a provocar cambios cerebrales, que van desde conductas básicas como el sueño, hambre o ánimo, hasta las conductas superiores como aprendizaje o memoria, pero a ese conjunto de problemas se le van a agregar los problemas emocionales”.
Uribe González menciona que hacen falta profesionales de la salud para dar un tratamiento más especializado a la problemática. Esto debido a que existe poca investigación a nivel local, así como infraestructura insuficiente para brindar servicios médicos a las personas adictas.
Atender las adicciones debería contemplar un acompañamiento de más profesionales, considera la doctora Uribe. Para brindar un tratamiento más especializado se deberían incluir perspectivas que contemplen atención neuroquímica, neuropsicológica y social.
“Muchas terapias psicológicas ya están rebasadas por esta problemática»
«¿Cómo interviene un cerebro si no está atento o ansioso o si tiene problemas de memoria o aprendizaje? Quizás muchas recaídas sean por eso”.
Uribe González detalla que estos nuevos tratamientos integrales e interdisciplinarios podrían incluir la atención de un psicólogo que brinde acompañamiento, pero también la ayuda de un psiquiatra para estabilizar el estado neuroquímico del paciente”.
Nuevos profesionales en el área
Uribe González también es la encargada del Programa de Actualización en Neurociencias de las Adicciones, y a través de esa iniciativa trabajan en generar información que enriquezca el panorama, pero también asesoran a personas que sufran algún tipo de adicción.
Además, se trabaja en crear y consolidar la maestría en Neurociencias de la Adicciones. Se trata de un programa educativo nuevo que contempla desarrollar profesionales que aborden y acompañen el desarrollo del paciente adicto, pero desde una perspectiva interdisciplinaria.
“Es lo que buscamos hacer en la Universidad desde un manejo científico y académico que forme expertos en adicciones: psicólogos, neurólogos, psiquiatras, trabajadores sociales; incluso expertos abogados en adicciones y, si hay posibilidad, expertos políticos en adicciones”.
Aunque todavía no se concreta este programa educativo, la especialista comparte que desde la Clínica para la Investigación en Adicciones trabajan en desarrollar investigación sobre el tema en Jalisco y así documentar los primeros indicadores que puedan ayudar a solucionar este asunto de salud.
“A excepción de la pandemia, creo que no hay panorama más triste y devastador que las adicciones».
«Son pacientes que tienen muchas complicaciones consigo mismos: no logran entenderse, reconocerse, comunicarse, son estigmatizados incluso por su propia familia”.