El 19 de septiembre de 2021 hubo quienes esperaron algún sismo como lo fue en 1985 y 2017, pero en cambio lo que cimbró la comunidad de fotógrafos y periodistas fue la noticia del fallecimiento de José Hernández Claire, acaecido la tarde del día anterior.
Hernández Claire se hizo fotógrafo casi por casualidad y, después de una entrañable y brillante carrera, será recordado para siempre en cada una de sus imágenes.
El oficio lo empezó en las calles de Nueva York, allá por 1978, con una cámara Laika en sus manos, con la intención de “responder al manejo instantáneo del momento” que fotografiaba sin tomar mucho en cuenta las reglas de encuadre o composición, sino más bien con su mente libre de prejuicios para poder ver y captar la realidad que tenía enfrente.
“Como documentalistas tenemos que ser objetivos, dentro de nuestra subjetividad, y tratar de contar, que esa parte de la historia que decidimos encuadrar sea lo más fidedigna posible”
Un trabajo fotográfico, el suyo, que representa una destacada excepción que hace de la denuncia social, un testimonio gráfico que documenta las realidades más críticas que nos circundan, pero siempre poniendo en primer lugar el compromiso que uno tiene hacia sí mismo, hacia su trabajo y hacia la sociedad.
“Creo que es muy importante tener una ética a prueba de todo”.
Esto se refleja en las muchas colecciones que ha sumado en su trayectoria, retratando la gente y vida cotidiana de Nueva York o los desafíos a los que deben enfrentarse las personas con discapacidad visual en México, el campo mexicano o las explosiones en Guadalajara, pero siempre con una misma constante de fondo:
“Mi motivación siempre ha sido la preocupación por la condición social humana, y eso me ha llevado al fotoperiodismo pero también a proyectos documentales de mediano y largo plazo”.
En 2019, el también profesor investigador del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), fue reconocido como Creador emérito de Jalisco, como parte del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico.
Pero, para quien además ha sido reconocido con el Premio Embajador OMS en Ginebra y el Premio Internacional de Periodismo Rey de España, las beca Leica-Mother Jones y John Simon Guggenheim, así como haber expuesto en México, Estados Unidos, España y Francia:
“la fotografía es, sencillamente, fundamental cada día, es como comer. Es necesario y gratificante, al mismo tiempo que una retroalimentación constante”
Las últimas fotos compartidas a este medio universitario fueron sobre la pandemia en Guadalajara y otras que ilustraron el texto «Mujeres, niños y ancianos: víctimas invisibles del desabasto de agua en Zapopan», de Leticia Hernández Vega, académica del CUCiénega, publicado el 24 mayo de este año.
“El trabajo de calle”, decía, “es el gran teatro del mundo».
«Ahí se encuentra uno agradables sorpresas y lo único que pretendo es capturar ese instante furtivo que se da, ese encuentro con mis sujetos, pretendo ser fiel al estímulo visual que yo tengo en una respuesta intuitiva, instintiva, de olfato”.
Hasta siempre, maestro.