Reflexionan sobre el pasado y presente de la humanidad en FIL Pensamiento
La crisis psicosocial que incluye los desafíos digitales, las desigualdades económicas y raciales, y los daños medioambientales son los grandes desafíos que enfrenta la humanidad, mientras se elude esa realidad acaparando bienes y servicios.
Así lo expresó el español César Rendueles, filósofo, sociólogo, ensayista e investigador del Consejo de Investigaciones Científicas de España, en la charla “Del pasado hacia el futuro: claves para pensar los retos de la humanidad”, que forma parte del programa de FIL Pensamiento, cuyas actividades salieron por primera vez a las calles y tuvo como sede la Rambla Cataluña.
“La desigualdad de la huella ecológica refleja también la desigualdad internacional. Los países más pobres del mundo contribuyen infinitamente menos al deterioro ambiental que los más ricos, pero sufren las mismas o peores consecuencias. La pérdida de biodiversidad no es un reto más, es la gran prueba que en este siglo XXI tiene que afrontar la humanidad y si no la superamos será el fin de la civilización, en el peor de los escenarios. Tenemos 30 años para descarbonizar la economía global, no tenemos más”, declaró.
Lamentó que en la lucha por afrontar estos retos medioambientales intervenga lo político, donde las élites globales están tomando partido en la forma de afrontar estos retos, puesto que intentan convertirlos en una vía para aumentar sus privilegios, su riqueza y su poder.
“Las formas de vida típicas de los países más ricos del mundo van a dejar de ser viables, salvo para una minoría cada vez más pequeña. Tendremos que asumir que sólo hay dos alternativas, o compartir lo que tenemos de una manera justa o matar por esos recursos. Debemos tener muy claro que todos nuestros retos futuros se pueden resumir en uno: buscar la manera de compartir esos recursos disponibles para construir formas de vida, de buena vida”, apuntó Rendueles.
Para la socióloga chilena Gilda Waldman, cuyas líneas de investigación versan sobre historia y memoria, los encuentros entre ciencias sociales y literatura (narrativa latinoamericana contemporánea), compartió que el futuro es una gran interrogante, con puntos suspensivos, pero hay un rasgo que lo marca: la revolución digital y la Inteligencia Artificial.
“Esto está cambiando totalmente la economía, la interacción entre los seres humanos, las formas de comunicación, la educación, el arte, y eso se ve claro en las generaciones más jóvenes. No todo en las redes sociales o la Inteligencia Artificial es negativo, pero hay temas que me inquietan mucho: el tema generacional, los millennials van a ser la generación de líderes en un futuro y son muy distintos a cómo fuimos nosotros; son esa generación de transición, crecieron en un mundo analógico, pero ya a los 11 años pasaron al mundo digital y la generación que viene después ya es totalmente digital”, subrayó.
Argumentó que en el tema de las redes sociales, con todo lo positivo que tienen, generan que la vida esté contenida en los algoritmos del teléfono digital, que no son los mismos para todas las personas, y eso está creando gente excesivamente individualista.
“Es un tema de narcisismo social, eso es muy claro en generaciones más jóvenes que los millennials. Es lamentablemente. Uno de los efectos nocivos de las redes sociales es la capacidad de aniquilar y matar la imaginación. Tenemos que estar alertas de lo que están causando, y no se diga de lo que nos va a traer la IA, tenemos que aprender a usarla de manera positiva”, señaló.
En cuanto al movimiento feminista, Waldman precisó que éste puede cambiar el mundo, puesto que toca el núcleo central del patriarcado. Pero junto con el movimiento feminista a nivel global, se tiene el aumento de la violencia contra las mujeres y el feminicidio.
“Es paradójico, tenemos un movimiento feminista fuerte y, al mismo tiempo, la reacción atroz de la violencia contra las mujeres”, resaltó.
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