Catalejo digital
A 11 años del lanzamiento de su primer álbum, Texturas (2014) y los siguientes, Épocas (2018) y Destellos (2018), son la muestra de cómo Orlando Fernández y Coco Santos han diseñado de manera minuciosa un post-pop hispano que ha llamado la atención de la industria musical. Estos materiales sonoros han ido dando forma a su propuesta nostálgica con sonidos, texturas y ambientación de los 80s y 90s, otorgándole reconocimiento a los de Nuevo Leon. Un desdoble natural que muestra la profundidad de este concepto, reafirmado por presentaciones en vivo en diferentes formatos, apariciones en videos conceptuales, show cases digitales y una dirección de arte gráfico de alta gama, esto es lo que ha ido dando la autenticidad a CLUBZ hasta volverse una inspiración que ha influenciado a más artistas de la escena alternativa nacional e internacional. Sus colaboraciones y remixes de la mano de Mine Shrine, Rebounder, Little Jesus, Solo Fernandez, GRLS, CAPYAC, Last Dinosaurs, Fred Falke, Telepopmusik y más, son muestra de la fusión de sonidos, momentos y armonías vocales que caracterizan y envuelven la experiencia CLUBZ. Sobre «Discomanía» y «Cortes Modernos» (2023), los últimos sencillos en solitario del duo regio, destacan bajos pop que se mecen a través de la pista, ritmos simples y sin pretensión más que el disfrute, sintetizadores y guitarras que viajan en el tiempo, interludios semi instrumentales para mover el cuerpo, versos creados como telaraña para quedar atrapados en las melodías vocales junto a letras igual de pegajosas; y sobre todo el regreso a sus coros armonizados para así cerrar triunfantes con la presentación de sus mejores ganchos y sonidos, haciendo evidente el sonido y el sello que caracteriza el concepto de CLUBZ. Estas pistas, 100 por ciento redondas y estructuradas, dan muestra del crecimiento exponencial de estos pioneros norteños que reafirman el amor y cuidado por cada momento del proceso creativo y así entregar productos de alta calidad e innovadores.
Jorge G. Bogarin
Tienes fobia a los viajes en avión y en un momento de crisis durante un vuelo una mujer sentada a tu lado te dice: “No te irás antes de lo previsto”. “You won’t go before you’re supposed to” fue una frase que le dirían a Bryan Garris, vocalista de Knocked Loose y que daría título a su tercer álbum de estudio. No es que el metalcore esté muerto como algunos señalan, quizá sea un género que no sea negocio dentro de la industria actualmente, pero bandas como Knocked Loose se resisten a eso con un intento acertado por ingresar a las listas donde, por cierto, el año pasado fueron una de las sorpresas en festivales de renombre como Bonnaroo y Coachella, y aún apareciendo en letras pequeñas, demostraron porqué deberíamos voltear a verlos. Con riffs violentos en casi todas las canciones, la banda en ocasiones presenta pausas que regresan con el sonido intenso de la batería de Kevin Kaine, que predomina en los 27 minutos que dura el material. Dentro de las curiosidades que encontramos es que en “Suffocate” utilizan el beat tradicional del reggaetón, lo adaptan y curiosamente hacen que funcione sumado a la voz potente como soporte de “Poppy”. Si “You won’t go before you’re supposed to” trascenderá o no dentro de su género, es una respuesta que sólo el tiempo dará, pero sí ofrece un sonido actualizado y con experimentación incluyendo a otros géneros, cuestión que quizá ha sido una de las razones por las que el metalcore se ha quedado rezagado y en pausa: la falta de arriesgarse a emplear sonidos nuevos y que a la vez se incorporen y resulten de manera adecuada, cosa que Knocked Loose parece decidido a hacer.
Gustavo Alfonzo
Las personas percibimos de manera diferente el concepto de “muerte”, pues no existe una lista de instrucciones a seguir y superar. Para algunos es tema de un periodo corto de tiempo, para otros de toda una vida. Camera Obscura, banda originaria de Glasgow, Escocia, perdió a Carey Lander, tecladista y pieza fundamental de la banda, quien en octubre de 2015 fallecería con tan solo 33 años de edad a causa de cáncer. Parecía el final de la banda en aquel tiempo, hubo incertidumbre sobre su continuidad y camino, aunque al final después de 11 años de su último disco volverían al estudio, para estar juntos de nuevo y hacer uno de sus mejores trabajos.
Como si la muerte de Carey resultara en un camino de resilencia y auto entendimiento para cada uno de sus integrantes y en conjunto dieran vida a Look to the east, look to the west. Este disco es una muestra que hacer las cosas a su debido tiempo y estar listo para realizarlas, tiene su recompensa. Once años pueden parecer una eternidad, pero por la falta de prisa, se siente honesto y ligero. Su producción no parece tan compleja como sus anteriores entregas, pero mantiene concepto y forma.
Si alguna vez has acampado con tus amigos, has asado bombones en una fogata o te has quedado sentado en la sala de tu casa tomando algo caliente mientras piensas en el paso del tiempo, así es como el álbum te hará sentir.
“Big love” tiene matices country, así como “We’re going to make it in a man’s world” es una entrega feminista de las integrantes y su sentir en la industria musical. “The light nights” es parecida a una caja de recuerdos que explota cuando empieza el solo de guitarra y continúa con el piano como si se tratara de un vals. Los momentos destacables del disco son su principio y final, “Liberty Print” te encamina y prepara a las siguientes canciones con piano, batería y guitarra que en conjunto te dicen, vamos, las cosas no pueden ser tan malas. La última canción y obra homónima del material discográfico da un cierre espectacular y melancólico, sin caer en clichés con un bajo y piano que van de la mano hasta concluir.
¿Qué significa la muerte para sus integrantes? No lo sabemos en concreto, en cambio sí nos hicieron saber cómo puede ser una vida después de una muerte cercana. Tracy Campbell (vocalista) se pregunta en “Sugar almond”: ¿No cantarás para mí, Carey? y quizá su respuesta se encuentre en la misma canción cuando le dice: “te encontraré en mis sueños”.
Gustavo Alfonzo
Ave Barrera
Lumen, 2023
La nueva novela de Ave Barrera es un relato íntimo, catártico y en momentos autobiográfico que narra la construcción y declive de la relación madre e hija, en distintas etapas de la vida. Es un libro que no es posible enmarcar en un género: ensayo personal, crónica o novela.
Es un paseo por Oaxaca, Ciudad de México, Baja California, las avenidas de Guadalajara, por la cultura tapatía y que nos hace recordar qué es «chopear las paletas de caramelo en salsa de chamoy y cubrirla con polvo de chile».
Acompañada de citas de escritoras como Annie Ernaux, María Malusardi, Brenda Ríos y más, la también autora de Restauración, reflexiona sobre cómo sobrellevar la ausencia y el abandono; cómo romper patrones sociales; cómo defender la identidad.
La muerte en esta novela no es el final, sino el inicio de más historias y creación de espacios de quienes ya no están pero que se quedan en nosotros. «Mi madre es mi cuerpo que crece más allá de su cuerpo, es la nube que llueve, corre por el corazón de la tierra hasta llegar al mar».
En-Tren al Fandango
Mayo 19 y 26, 13:00 Hrs.
Teatro Vivian Blumenthal
Un Cauduro, es un Cauduro (es un Cauduro)
Martes a sábado 10:00 a 18:00 horas. Domingo 10:00 a 15:00 horas
Hasta el 23 de junio
Museo de las Artes
De cerca con Cecilia Eudave
Mayo 21, 18:00 Hrs.
Salón Planta Baja, Librería Carlos Fuentes
El sueño de la marioneta
Mayo 18 y 25, 19:30 horas; mayo 19 y 26, 18:00 Hrs.
Conjunto Santander de Artes Escénicas
La vida misma
Tapatío, padre de tres hijos, aficionado al futbol, egresado de la Preparatoria 7 y del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), apasionado del periodismo y la noticia cotidiana; todo esto y más es Qucho.
Laura Sepúlveda