Si lo tuyo es el estilo musical de Sufjan Stevens y Belle and Sebastian, el nuevo disco de Hovvdy podría estar esperándote. El quinto álbum de este dúo venía con muchas expectativas. Su debut, Taster (2017), es un álbum dedicado al shoegaze y al garage-rock de años pasados. A cinco años de distancia, un nuevo trabajo podía ser un disco que los hiciera evolucionar o mantenerse en una fórmula que no era para nada equivoca, pero sí un tanto gastada y cómoda. Exigir a una banda superarse disco tras disco parece una obligación para el público, sobre todo si hay un cambio en el género característico, pero este álbum va más hacía dentro, a lo personal e íntimo del dúo texano y quizá sea la razón por la que lleva su mismo nombre, Hovvdy. 19 pistas componen el disco, número que podría ser arriesgado y audaz para un material extenso y no ser tedioso en el camino. Andrew Sarlo (productor) supo llevar el timón de la mejor manera con la experiencia que ya tiene en su historial en trabajos mayúsculos con Bon Iver, Big Thief y Dijon. Con Sarlo como sombra en la elaboración y práctica que tenían con él ya en trabajos anteriores, era poco probable que volvieran a hacer lo mismo dos veces. Folk, pop y soft rock invaden el álbum en un ambiente romántico pero estructurado, sin estereotipos de canciones de amor. “Tómate un segundo, un minuto, tómate tu tiempo. Me sentaré tranquilo, podemos estar callados” dicen Charlie Martin y Will Taylor (integrantes) en el tema “Big Blue” y es tal como se siente Hovvdy, una oda al tiempo, a ir sin prisa y guardar esos momentos significativos que nos forman y mantenemos en la memoria.