: ah
esta ceguera mía que se ilumina
cuando encuentra su luz
en la orquídea pausada de tu vientre
: y esta sordera mía
que descubre
tu desnudez pulsada como viola
del corazón alado en sus estancias
: ah,
este aroma tan tuyo que nos cubre
como si fuera un puño de jazmines
y se adentra en nosotros
y nos ata (mientras que más allá de estas paredes
zumban autos, y perros y patrullas
aúllan en la rota madrugada)
: ah,
esta tu sombra que se tiende
en mi piel a beber noche tras noche
y que palpita y se retuerce y quema
en el gemido limpio de la carne
(: y esta pausa de amor
en tu tibio pezón que se endurece
cuando el labio lo toca demorado)
: ah
mi lengua que va y que desciende
por caminos de sal y luz morena,
hasta la flor abierta que renace
en el limo caliente de tu sexo
ah, ten conciencia, amor,
de los signos de plata que construyo
como ciego en tu cuerpo cada noche
: amor toma conciencia
de los tatuajes rotos que en mí dejas
mientras suelta la luna con su dedo
los ramajes furiosos de la vida
Precioso poema. No cabe duda de que el que sabe, ¡sabe!.