Contar historias que ayuden a todos: Álex de la Iglesia

El director español entre anécdotas, chistes y sabiduría le explicó al público lo que implica hacer cine de fantasía y horror

“No sé cómo funcionan las cosas en mi cine. Hay imágenes y situaciones que coinciden y dan coherencia. La simetría y la falta de dirección tienen coherencia, lo arbitrario tiene sentido, la pasión por el ridículo es una cosa que me resulta fascinante. Tengo unas ganas enormes de entretener, de hacerle la vida más agradable a los demás, con momentos hipotéticamente únicos”. 

De esta forma, y con un micrófono que le jugaba en contra, el director español Álex de la Iglesia compartió una serie de anécdotas, un par de sombrerazos y mucha risa en una master class que impartió en la Sala Plácido Domingo del Conjunto Santander de Artes Escénicas (CSAE), 

Bajo la fiel creencia de que “lo único importante en la vida es reírse”, el cineasta criticó a aquellos que dictaminan lo que es correcto hacer, lo que el cine debe o no contar, y las formas en las que debería de funcionar el discurso y la lectura de cada proyección creada para la pantalla grande. 

 “A mí no me gusta que me digan qué hacer, ni cómo hacerlo; habrá a quienes sí, pero unos queremos inventarnos algo que te mantenga despierto. A veces es muy difícil enfrentarse a lo de siempre, esa sensación de ‘eso ya me lo sé’; en un momento determinado surgen las ganas de darle la vuelta, de ver qué pasaría si todo fuera al revés”, dijo el director de filmes como Acción mutante, Crimen perfecto y El día de la bestia

Partiendo de la idea anterior, expresó su postura frente al panorama en el que se encuentran los discursos sociales y la manera en la que lo cotidiano marca las formas en las que se debe o no expresar el arte. 

“Ahora todos están muy atentos controlando lo que es correcto, lo que se debe hacer. Cada vez cuesta más variar el punto de vista. Cuando empecé quizás hubo un momento de despiste, e hice cosas que pillaron desprevenidos a muchos, eso me permitió seguir trabajando. Ahora bien, vivimos en un momento de privilegio, socialmente más feliz que otros; aunque con sus inconvenientes deberíamos celebrar y seguir con los discursos que nos ayuden a todos. Lo siento, pero siempre he sido muy positivo”, subrayó.

Dentro de las personas que le inspiran y por quienes siente gran admiración por hacer y crear desde la raíz de la idea, y no a partir del canon, se encuentra el director mexicano Guillermo del Toro, a quien le agradeció por el cine que crea, y además se refirió a él como “un genio, extraordinario ser humano y con grandes proyectos”.

Añadió que hoy la realidad del cine es abrumadoramente fantástica; que aquello que pensó que nunca se podría crear la tecnología y la modernidad lo han vuelto realidad. Recordó con gusto haberle dicho a George R. R. Martín que al desarrollar la serie Game of Thrones los dragones quedarían fuera y todo se perdería, pero una vez que lo vio en pantalla quedó perplejo de ver hasta dónde ha llegado la acción cinematográfica.

“Las acciones son importantes. El desarrollo secuencial de una película permite plantear situaciones y efectos narrativos previos que muchas veces ya han sido escritos. Siempre debemos apegarnos al guion, porque en el momento en que improvisas en el rodaje comienzas a equivocarte, aunque siempre hay que dejar espacios para el juego, no ser tan cerrados con lo que puede pasar en la acción espontánea que de pronto nace del momento”, soltó Álex frente al cuestionamiento de la funcionalidad del texto frente la pantalla.

Por último, recomendó a los presentes no olvidar la risa, “dirigir y hacer de la misma manera en la que se organiza una fiesta en la que todos disfruten y estén contentos”.

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