Con una voz profunda y tranquila, Alma Yolanda Alanis García saluda a quien la busca y se desenvuelve con naturalidad en los pasillos de CUCEI, entre un ir y venir de alumnos que se convertirán en ingenieros.

Entre murmullos, dudas y quejas de tareas y juegos de cartas que se escuchan en la escuela, dice que “a mí desde niña me llamaban mucho la atención sobre todo las máquinas eléctricas, cómo se convierte la electricidad en movimiento, eso me apasionó y desde muy pequeña hice mis primeros electroimanes”.

Convertida en investigadora y docente, su labor ha sido reconocida por la Academia Mexicana de Ciencias con el Premio de Investigación para Científicos Jóvenes 2023.

“Trabajo en control automático, específicamente hago uso de técnicas de inteligencia artificial para modelado y control de sistemas dinámicos no lineales”, relata la ingeniera.

El galardón de la Academia Mexicana de Ciencias no sólo reconoce un logro en específico, sino que premia a la trayectoria y la relevancia del trabajo de investigadores como la de ella.

Un camino exigente

Alanis García confiesa que no siempre se imaginó en el campo de la investigación, aunque desde el inicio logró afianzar esa parte de su trayectoria después de convivir con otros investigadores.

“No pensé que tuviera la oportunidad de estudiar un posgrado y menos dedicarme a la investigación”, menciona la también integrante del Sistema Nacional de Investigadores.

“No había tenido la oportunidad de convivir con un investigador y me gustó la experiencia. Me gustó mucho cómo se enfocaban en los problemas, cómo trataban de encontrar soluciones, cómo cuando una cosa no funcionaba le daban la vuelta para encontrar otra solución”.

En su trayectoria, acumula decenas de artículos científicos y capítulos de libros publicados, varias tesis dirigidas, participaciones en congresos internacionales y alumnos que han traspasado fronteras después de sus asesorías.

Actualmente, se desempeña como la directora de la División de Tecnologías para la Integración Ciber-Humana del CUCEI, pero también divide su tiempo dando clases a alumnos de la carrera de Ingeniería en Computación.

“La Universidad nos da esa oportunidad de hacer lo que nos gusta, que es generar y aplicar conocimiento y tener la oportunidad de contagiar esas emociones, aunque sea un poquito, a los alumnos”.

Trabajo y disciplina

En las aulas, ante las barreras que pueden enfrentar como mujeres en el mundo de las ingenierías, explica que “trato de platicar con ellas y motivarlas para que sigan adelante. La verdad es que es difícil, sí, hay muchos muchos obstáculos por ser mujeres, sí, pero pues sí se puede, sólo se necesita disciplina y constancia”.

Las ganas de crecer de Alanis García siguen apuntando hacia lo alto y con claridad detalla los pendientes en sus líneas de investigación: con curiosidad de niña habla de futuros desarrollos en las áreas de sistemas biomédicos, de ciberseguridad y robótica.

Da la impresión de que aquella niña que se aventuraba en el taller de electricidad de su padre siga mostrando fascinación por la energía y el movimiento, y no parece que vaya a detenerse pronto.

“Ha habido momentos muy difíciles, pero la verdad es que me gusta mucho lo que hago y de ahí saco la pasión y la fuerza para seguir haciéndolo”.