El «Callejón de los milagros» en su aniversario tapatío

Este 11 de marzo se cumplen treinta años de la proyección del filme de Jorge Fons en el marco de la X Muestra de Cine Mexicano en Guadalajara

En un principio Naguib Mahfuz escribió en árabe El callejón de los milagros (1947). Cuarenta y ocho años después, el director de cine Jorge Fons cambia el escenario de la historia, el barrio de Al- Gamaliyya, una de las zonas más antiguas de El Cairo, por otro sitio vetusto, el centro histórico de la Ciudad de México, para entregar una innovadora producción fílmica al Nuevo Cine Mexicano.

Producida por distintas instancias, entre ellas la Universidad de Guadalajara, tuvo su exhibición por primera vez a la audiencia tapatía en el marco de la décima edición de la Muestra de Cine Mexicano en Guadalajara.

En el pasado quedaron los rostros de Lumi Cavazos, Marco Leonardi o Regina Torné, del filme Como agua para chocolate, para catapultar a caras hasta entonces menos conocidas en el cine, como Salma Hayek quien, desde el cartel promocional, recién salida de la ducha (después de su éxito con la telenovela «Teresa»), y en su primera película en México, atrae al público a conocer las historias de Don Ru y Jimmy, Alma y Abel o Susanita y Chava.

«Llevaba años esperando un papel así, llegué al cine como quería llegar, tuve oportunidades antes, mil guiones y a todos dije que no, yo estaba esperando toda mi vida este guion y me llegó», afirmó Salma Hayek (El Informador, número 27,781), el sábado 11 de marzo de 1995 en un abarrotado Cineforo Universidad, sede de la Muestra.

Su guionista, Vicente Leñero, logró capturar los sentimientos y pasiones presentes en la obra de Naguib Mahfuz. Así como presentar a través de los personajes problemas de moralidad, de clases sociales, relaciones patriarcales e inmigración.

“Cansado de su matrimonio con Eusebia, el cincuentón Don Ru, dueño de la cantina del barrio, descubre nuevos y extraños sentimientos en su vida. El joven peluquero Abel y el anticuario don Fidel están enamorados de la bella Alma, hija de doña Cata, una echadora de cartas. Susanita busca el amor en el joven Chava y en Güicho, el cínico empleado de la cantina”, resume la película Filmaffinity.

En la realización de El callejón de los milagros, el cineasta se sirve de la imagen del cine de la época de oro y trae de vuelta a la pantalla grande la estructura del melodrama mexicano, en un periodo inicial de crisis en la industria cinematográfica del país.

La historia presenta distintas tramas ligadas por espacios urbanos, como la cantina o la vecindad donde ocurre la historia, la cual podría verse como la protagonista de la cinta. Ahí se representa un microcosmos de la sociedad mexicana, sus valores y sus conflictos internos, como refiere Schmidt-Welle en su ensayo publicado en Clásicos del cine mexicano: 31 películas emblemáticas desde la Época de hasta el presente ‘Jorge Fons: El callejón de los milagros (1994)’.

Fons se apropia de la “geografía urbana y popular para enfatizar la emergente confrontación entre el viejo orden social y un México que se moderniza”, menciona por su parte Sánchez Prado en La proyección del neoliberalismo. Las transformaciones del cine mexicano (1988-2012).

Después de su éxito con la polémica cinta Rojo amanecer, el director mexicano consolidaba así su reconocimiento con un puzzle film que influyó en directores mexicanos como González Iñárritu, para realizar películas con un modelo narrativo que al final “deja un sabor artesanal”, como señaló la misma Hayek tras encontrarse con los asistentes a la proyección del filme en 1995.

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