Las amenazas del Presidente estadounidense Donald Trump en materia de deportaciones masivas e incursiones militares en el país para derrocar a los cárteles del narcotráfico, a quienes consideró terroristas, representarían la ruptura de la relación bilateral con México; sin embargo, la negociación de cada frente del gobierno podría traer oportunidades económicas, migratorias y de seguridad; esto, de acuerdo con especialistas del Centro de Estudios de América del Norte (CEAN) del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).
En rueda de prensa, desde Phoenix, Arizona, Miguel Ángel Sigala confirmó que algunas órdenes ejecutivas emitidas en los primeros días con respecto a la política migratoria son impulsadas por el nacionalismo y el supremacismo blanco, aunque sin la reflexión de la importancia económica de los mexicanos.
“El discurso por recuperar su país con sentido antimigratorio y antimexicano es paradójico, porque EUA ha experimentado en los últimos años una escasez de mano de obra que importa, y necesita no mano de obra poco calificada, obrera o trabajadora, sino altamente calificada”, aseguró Sigala.
Sobre las amenazas de Trump de enviar drones para bombardear posiciones estratégicas de los cárteles, Miguel Alejandro Híjar-Chiapa comentó que “sería un atentado contra la soberanía mexicana, como ya lo ha insistido la Presidenta Claudia Sheinbaum. Esto hará urgente que México y Estados Unidos tengan un canal de comunicación abierto para discutir estos temas y evitar confrontaciones innecesarias en una de las relaciones no sólo comerciales, sino también políticas, sociales y culturales más importantes del mundo”, subrayó.
Sobre las respuestas que Sheinbaum ha dado a cada una de las amenazas y estridencias de Trump, la investigadora Marcela López-Vallejo Olvera precisó que será vital conocer quién tiene la capacidad de moderar al presidente estadounidense, pues si México no tiene ese poder, serán las alianzas mexicanas con grupos de interés mexicanos o afines desde Washington quienes puedan controlarlo.
“Esa parte no se ha realizado como se debe, y otros gobiernos sí lo han hecho. Es decir, una negociación con base en intereses comunes que controlen la burocracia de Estados Unidos; así han logrado bajar el tono al presidente y hacerlo lo más técnico posible, no tan político o politizado, como se ha visto”, dijo.
José Jesús Bravo Vergara planteó el escenario geopolítico que impulsará Trump: el interés por la anexión de Groenlandia, perteneciente a la soberanía danesa, tensa la relación con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pues no hay antecedente del ataque de un miembro a otro de la misma organización.
Ucrania será la nación con más pérdidas, de acuerdo con el investigador, pues EUA dejará de brindarle apoyo económico y protección contra el avance ruso.
El Director del CEAN, Arturo Santacruz, dijo que Trump asume como un “delincuente convicto”, estatus legal declarado por un juez de Nueva York.
Aunque Trump no habló sobre aranceles, el especialista dijo que una cuestión “es la económica, tanto en materia comercial e inversiones; la otras es la migratoria, no sólo por el endurecimiento de la frontera, sino también por las deportaciones y las remesas; y la seguridad, que perjudicaría la relación bilateral y México sería el principal perdedor”, dijo.
López-Vallejo Olvera advirtió que el papel del tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), acordado en su primer periodo y base de las relaciones comerciales, es más importante que las amenazas de campaña.
“Al parecer, las opiniones vertidas, con mucho énfasis, de imponernos aranceles son un punto de negociación, sólo eso, porque, recordemos, Trump es un negociador, a eso se dedica”, dijo la investigadora.
Para López-Vallejo Olvera hay dos opciones posibles en esa negociación: la imposición del 25 por ciento de aranceles a las exportaciones mexicanas, la misma medida de nuestro país a las exportaciones de EUA, medidas que extinguirían los tratados comerciales. La otra opción es la negociación de oferta y contraoferta arancelaria, migratoria y de combate a las drogas y el crimen organizado.
“Empezar a negociar por menos aranceles, mientras se vincula con otros temas como migración y el fentanilo. El T-MEC no se va a remover, sino a renegociar”, subrayó.