Sólo un instante toma imaginarse a uno mismo en un futuro posible: “Yo voy a sonreír más”, “voy a ser más responsable”, “voy a ser travieso”, “voy a buscar un amor”, “voy a ser historia”.
Cada uno de decenas de estos designios se leían en círculos de colores que colocaron al ingreso del Museo de la Artes de la Universidad de Guadalajara (MUSA), como parte de la instalación lúdica A ser la historia, de la artista colombiana Adriana Ramírez.
“Es un llamado a generar consciencia de cómo la construcción de la historia es nuestra responsabilidad, hay que generar las condiciones y oportunidades. Es un ejercicio de poner a pensar qué decisiones tienen que tomar ahora para ser algo, cómo sería su responsabilidad y tipo de decisión para poder ser lo que quieren ser”, dijo la artista futuróloga.
Dicha instalación, basada en la idea del juego y la estimulación, es lo que se llama una “obra viva”, que se abordó en la primera charla de la jornada del sexto Foro de Museos MUSA “Escribiendo la historia del futuro”, realizada este lunes en el Paraninfo Enrique Díaz de León.
“La acción de las personas es fundamental en la experiencia de las personas que visitan un museo. La idea es conectar al público a través de la emoción, para que cuando pasen de nuevo por ahí recuerden y quieran volver. Hay que saber decirle que su conocimiento es válido aquí y es importante para nosotros”, explicó Ramírez.
La obra A ser la historia se ha presentado en Colombia y Cuba, con lo que se busca tomar el espacio público y se trata de una forma novedosa y urgente en que los museos pueden abordar temas.
“Yo las llamo obras vivas porque dependen de su participación, incluso pueden fracasar. Apunto a que existan y tengan finales infinitos, para que los participantes se vuelvan autores y coautores”, externó.
El sexto Foro de Museos MUSA “Escribiendo la historia del futuro”, es un encuentro con artistas y expertos internacionales, a propósito del Día Mundial de los Museos, que se conmemorará el 18 de mayo. La intención es repensar los retos de estos recintos que tienen que ver con la digitalización, la responsabilidad medioambiental y la inclusión multicultural.
“Buscamos que este foro rediseñe los fundamentos y alcances de nuestra misión, que sea un paradigma de la evolución de las prácticas museísticas. Veámonos como escenarios de convivencias donde se cultiva la inspiración”, dijo la Directora del MUSA, Maribel Arteaga Garibay.
Durante la inauguración del encuentro, Arteaga Garibay dedicó la edición del encuentro en honor a Raúl Padilla López, quien como Rector General impulsó la creación del MUSA en 1994.
El Vicepresidente Ejecutivo de la University of Guadalajara Foundation USA, Luis Gustavo Padilla Montes, coincidió en que Raúl Padilla priorizó que la universidad fuera la principal difusora de las expresiones artísticas durante más de tres décadas.
“Quiero que recordemos a Raúl Padilla como ese gran constructor de instituciones. Él tuvo la convicción de hacer de la educación y la cultura una cotidianidad en esta Casa de Estudio”, indicó.
Ambas autoridades universitarias indicaron que el deber de los museos es trazar la idea de un futuro, donde las personas estén en el centro.
Comunicar para el futuro: el museo como instrumento para el cambio
La estrategia de comunicación de un museo debe de transformar a los asistentes después del recorrido por sus salas, con la visión de los directivos y promotores culturales implicados.
Se trata del fortalecimiento de espacios, motores de la creatividad, la identidad y el desarrollo; esto lo expuso Braulio González en la conferencia “Sin comunicación no hay mañana. Estrategias de visibilización sostenible”, en el VI Foro de Museos MUSA.
“Debemos trabajar en la construcción de una línea, en un orden que nos lleve del punto A al B para transformar la realidad; que nos haga transitar de la ignorancia al conocimiento, de un vacío de interpretación hacia un cambio”, dijo el experto.
Enfatizó que la comunicación del museo es un proceso organizado que transforma en ideas creativas las políticas públicas, planes, objetivos y presupuestos alrededor del quehacer museístico.
El museo, como dispositivo cultural, es un instrumento para el cambio y la transformación social. “Eso es un museo: una máquina de transformación de conciencias, de voluntades, de vocaciones, de intereses”, precisó González.
Para alcanzar este propósito será necesario entender que la sociedad exige más experiencias que conocimientos, más entretenimiento, y que la sorprendan.
“Es decir, cuál es la interpretación social de estos espacios que, en algunos casos, se ve lejano y dirigido a ciertos segmentos sociales, donde la mayoría no se ve representada”, dijo.
Reseñó ocho elementos de dicha comunicación, como reconocerse en la oferta que despliegan para pensar en la comunidad donde deberá incidir el quehacer del museo. “Porque un museo deberá permitir la vinculación cultural, territorial, política, académica; más la pertinencia y el arraigo; un museo va más allá de sus límites, es algo vinculado con su comunidad”, destacó.
Otros elementos a considerar son las pretensiones o alcances del espacio, los recursos, la operación, la evaluación y la estrategia, principalmente, con los medios de comunicación.
«En ocasiones, a los medios no les interesa la agenda museística porque les interesan las noticias; hay que buscar elementos como expectación, grandeza, transgresión o temática de exposición, la mayor relevancia y el valor agregado de la noticia”, explicó.
Una de las estrategias de la comunicación es la creación de una marca y provocar experiencias y emociones que impulsen a la asistencia a compartir y cumplir con el principio del asistente, “podrás salir del museo, pero el museo nunca saldrá de ti”.
“Esto deberá ocurrir en los museos para que la comunidad se desborde como amplificador de tu mensaje”, concluyó.