Janeth López Reynaga, Rubén Fajardo Rosas y Fernando Morgan Ortega González, son tres jóvenes próximos a egresar de Arquitectura, quienes recientemente obtuvieron el tercer lugar en el 7º Concurso de Estudiantes 2020, que organiza el Infonavit a nivel nacional.
Los estudiantes del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) destacaron con la creación de un proyecto que pretende hacer mejoras urbanas al fraccionamiento La Azucena, para incrementar la calidad de vida de sus habitantes.
Este entorno habitacional del municipio de El Salto se encuentra cercano a la ribera del Río Santiago y presenta deficiencias en términos urbanos y arquitectónicos, por lo que con la mentoría del profesor Diego Vergara lograron un proyecto ejemplar, que se puede consultar en este enlace.
Previo al proyecto, el equipo hizo un análisis a escala metropolitana para determinar un fraccionamiento en el que existiera marginalidad y abandono de viviendas; tras éste, determinaron que La Azucena era sobre el que trabajarían.
¿Qué problemas urbanos encontraron en La Azucena?
Janeth López (JL): La Azucena no sólo presentaba prácticas de abandono, sino también de violencia; la marginalidad es alta. En cuestión arquitectónica notamos que hay una baja calidad de los materiales, es un sistema constructivo básico. El desgaste de las viviendas es muy evidente, especialmente las más cercanas al ríos, por estragos físico, pero también de vandalismo.
Rubén Fajardo (RF): Para entender qué ocasionaba el abandono tuvimos que entender factores físicos o políticas de hace años. Primero entendimos la problemática y luego resolverlo. Al final tuvimos una combinación restaurar viviendas y crear vivienda vertical. Proponíamos por etapas: restaurar vivienda ya existente, desalojar algunas zonas y proponer una vivienda realmente pensada.
¿Qué mejoras contemplaron en el proyecto?
(FO): Pensamos en que la misma población pudiera generar parte de los productos para su consumo mediante huertos urbanos (debido a la lejanía de tiendas al mayoreo). Esto promueve convivencia, apropiación del espacio público y genera una conciencia social.
También buscamos densificar la vivienda, con eso se aprovecha el territorio y en vez de tener viviendas dispersas, propusimos redensificarlas verticalizando a tres niveles, con varias casas en el edificio, no sólo tres. La misma cantidad de viviendas que existían en tres manzanas, ahora existen en una; el espacio restante ahora sería pensado para el público.
(JL): En general las viviendas de La Azucena están mal diseñadas, pues tienen espacios muy mínimos, que son difícil de rediseñarlas, por eso propusimos espacios amplios, pero también que en los espacios públicos haya más interacción.
¿Cómo evitar que la verticalización se convierta en un entorno hostil que promueva problemas sociales?
(JL): Consideramos que mediante la interacción social en el espacio público resolvemos un poco de este tipo de conflictos, creando huertos urbanos.
También propusimos equipamiento que pudiera aportar a la comunidad, porque descubrimos que hay un déficit educativo en cuando a educación media superior. Analizamos que cerca de la zona hay pocas escuelas en todo El Salto, entonces pensamos en un espacio que funja quizá una escuela técnica, pero que también funcione como un lugar comunitario para reuniones y encuentros.
(RF): Aparte de vivienda, vimos cuestiones urbanas, como la construcción de cisternas, pues en la zona hay problemas de falta de agua (que ayudaría a los huertos urbanos). El hacinamiento fue uno de los problemas que se presentaban mucho en la vivienda. Familias viven en muy pocos metros cuadrados, por ello tratamos de impulsar que varias de las actividades que suceden en casa sacarlas a un espacio público: creamos canchas y donde pudieran desarrollar talleres. Incluimos que se hagan parques lineales y que en esas manzanas donde se despejara la vivienda, dejarlas como espacio público, que conectara a las viviendas.
¿Qué les deja haber ganado este reconocimiento?
(RF): Aprendizajes en cuanto a la investigación. Sobre saber las razones del abandono de la vivienda, que no tiene que ver del todo con una cuestión arquitectónica, pero sí sociales. Personalmente eso me abrió el panorama. A futuro, me gustaría interesarme en los espacios públicos, que son enlaces para que una realidad realmente funcione.
(FO): Fueron meses intensos de trabajo, pero nuestro asesor es un gran arquitecto, quien nos orientó desde el principio hacia donde ir, con referencias bibliográficas que nos ayudó mucho.
(JL): Este fue el primer año de las convocatorias en que entregan un premio en efectivo, y nuestro proyecto estará publicado en la página del Infonavit y formará parte de un acervo digital, como referente de futuras investigaciones.