El Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) de la UdeG presentó las propuestas de un albergue para mujeres violentadas y un centro comunitario para familiares de personas desaparecidas, bajo el enfoque de arquitectura de conciencia social como soluciones a la violencia que se vive en México.
Juan Carlos Camacho Guzmán, profesor del Departamento de Proyectos Arquitectónicos del plantel, precisó que se trata de proyectos escolares publicados por el Centro CALAS, en los que abordan soluciones a problemas actuales.
“No sólo es el compromiso para pasar una materia, sino que impactan en una realidad social específica, y que éstos sean los principios necesarios para que partan las autoridades y sociedad ante problemas agudos que reclaman soluciones integrales”, dijo.
La egresada de la licenciatura en Arquitectura, Yelile Reyna Ortiz Pescador, presentó la propuesta de un albergue B’AAK, en una superficie de mil 500 metros en la ciudad de Durango para apoyar a un mínimo de 32 mujeres violentadas y sus hijos, con una capacidad total de 310 personas, incluido el personal fijo.
“El proyecto nace de una asesoría jurídica donde las mujeres tenían que salir, y eso las exponía a sus agresores. Nos acercamos a un albergue para que el proyecto conceptual fuera lo más parecido a la realidad y no quedara en lo académico”, explicó.
El proyecto lo propuso en Durango por ser una de las entidades donde el feminicidio creció 80 por ciento en el último año, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), del Inegi.
Incluye áreas comunes para talleres y usos múltiples como atención psicológica, jurídica y pedagógica; un comedor, en un entorno que transmite calma y seguridad para las mujeres y sus familias.
“La arquitectura considerada tanto arte como ciencia tiene una fuerte responsabilidad social y, para mí, éste es uno de sus más grandes atributos. Así, se puede considerar también como una herramienta para la disminución de problemas sociales”, explicó.
Víctor Elías Rizo Corona, también egresado de Arquitectura, propuso un centro comunitario llamado “Piali”, del náhuatl “estar presente”, para las familiares de víctimas de desaparición forzada, en una superficie de 15 mil metros cercana al Centro Universitario Guadalajara y La Normal.
El proyecto busca visibilizar la problemática a través de un memorial y espacios para el apoyo e intercambio comunitario, de enseñanza, museístico y espacio público.
“Para apoyar un colectivo, justo en este caso son los familiares de víctimas de desaparición forzada. Con esto queremos recordar que, aunque son estadísticas, al final son familiares y son personas que están sufriendo esta búsqueda”, precisó.
El proyecto es central en una entidad con más de 15 mil personas desaparecidas, donde las familias toman espacios, como la Glorieta de los Desaparecidos, para exigir a las autoridades la aparición de sus familiares con vida.
Camacho Guzmán destacó que estos espacios fomentan la participación ciudadana y la integración comunitaria. Además, desempeñan un papel clave en la rehabilitación de áreas urbanas degradadas al promover la regeneración económica y social, el diseño de espacios públicos accesibles y seguros.
“La arquitectura de conciencia social se centra en el diseño de la construcción de espacios que buscan mejorar la calidad de vida de las personas al abordar problemas sociales tan preocupantes como el de la violencia”, concluyó.