Una eventual elevación de la temperatura del mar traería como consecuencia cambios en la relación de los corales con las algas que les proveen alimento y su posible blanqueamiento
Los arrecifes de coral son el primer ecosistema que podría ser gravemente afectado por el fenómeno de “El Niño” que durará de 12 a 18 meses y se prevé sea el más intenso de los últimos años, afirmó el especialista del Centro Universitario de la Costa, Amilcar Cupul.
“Es un tema de urgencia, al darse la declaratoria de “El Niño”, sabemos que tiene un impacto muy fuerte aquí en la región del Pacífico tropical que abarca todas las costas de América, desde Ecuador hasta el Golfo de California”, alertó.
Advirtió que una eventual elevación de la temperatura del mar traería como consecuencia cambios en la relación de los corales con las algas que les proveen alimento y un posible blanqueamiento de éstos, lo que los pone en una situación de extrema vulnerabilidad.
“El coral vive una relación simbiótica con una microalga que lo alimenta y le da la coloración, cuando aumenta la temperatura por encima de los valores promedio, el alga genera productos reactivos que irritan el tejido del coral, lo que hace es expulsarlo de su tejido, cuando lo hace deja el esqueleto del coral, por eso se le conoce como blanqueamiento debido al estrés por temperatura”, explicó.
La Organización de las Naciones Unidas anunció que las condiciones de El Niño han comenzado a sentirse en el Pacífico tropical por primera vez en siete años, lo que traería “un probable aumento de las temperaturas globales y patrones meteorológicos y climáticos perturbadores”, durante el segundo semestre de 2023.
El riesgo de que haya blanqueamiento de los corales no radica sólo en que éstos quedan debilitados, sino que afecta a las colonias de peces y microorganismos que sobreviven alrededor del ecosistema, indicó el investigador del Departamento de Ciencias Biológicas y del Laboratorio de ecología marina.
“Esto afecta los peces, crustáceos, langostas o camarones, otros grupos como los equinodermos que son las estrellas de mar, los erizos, los pepinos de mar, que muchos de éstos utilizan el área coralina para refugio, alimentación o crianza y de otra manera llegan depredadores a estos lugares para alimentarse de ellos”, indicó.
Cupul Magaña adelantó que un grupo de investigadores de diversas universidades en la región, incluida la Universidad de Guadalajara, estarán monitoreando los posibles cambios en las zonas coralinas en cada región para tratar de aminorar el daño.
El especialista enfatizó que ante esta amenaza es fundamental que los turistas eviten acercarse demasiado a los corales que estén en proceso de blanqueamiento, pues con sólo tocarlos podrían romperlos debido a su fragilidad.