I
El 22 de abril es una fecha memorable para Guadalajara. No para la euforia, pero sí para reafirmarnos en el propósito de que los hechos trágicos de hace 29 años no tendrán “réplica”.
Los ocho kilómetros de calles en ruinas que dejaron las explosiones son los mismos que hoy ofrecen otra cara de las heridas y secuelas imposibles de ocultar.
Las explosiones en el Sector Reforma en 1992, en el barrio de Analco, además de afectar a las colonias Atlas, San Carlos y Las Conchas, nos dañaron a todos los habitantes de la ciudad, de una u otra manera.
Las noticias y las fotos las transmitieron los medios informativos en unas horas. El asombro duró meses, y el recuerdo de aquella fractura aún nos lastima: la versión oficial admite 212 muertos, 69 desaparecidos, 1800 lesionados; y mil 142 casas, 100 centros escolares y 600 vehículos con severos destrozos… A pesar de estas cifras, los testigos, los sobrevivientes y personas que ofrecieron su ayuda en el clímax de la catástrofe, aseguran que estos números están por abajo de los reales.
Las explosiones a causa de gasolina en el sistema de alcantarillado en esta zona de la ciudad, provocó muchas respuestas. Ya no explosivas, sino provocadoras de conciencia en las siguientes generaciones.
La historia de Guadalajara quedó con miles de tatuajes en su fisonomía. El arte local reaccionó para ver antecedentes, lesiones y progresiva restauración. Empezó la fotografía, el reportaje y la crónica. Después se les unió el muralismo, el teatro, la literatura (poesía, narrativa, novela), para acompañar a la voz pétrea de la “Estela contra el olvido”, del escultor Alfredo López Casanova.
II
Antonio Romero, Aurelio Vargas, Humberto Muñiz, José Hernández-Claire, Rafael del Río…, desde abril de 2015 están juntos en la sala permanente que el Museo de la Ciudad (calle Independencia 684) dedicó a la tragedia de Analco. Ellos retrataron el horror, los dolores y la devastación sufrida aquel 22 de abril.
Marco Aurelio Vargas, fotorreportero, declaró años después: “No sé si era un mecanismo de defensa, pero era como si no estuviera ahí. Tomaba fotos, ayudábamos a la gente, caminábamos, tomábamos más fotos. Calles y calles abiertas: era impactante”.
Hernández-Claire recuerda los sitios por los que pasaba, como en “una zona de guerra, con cráteres en las calles, con olor a muerte, viendo el dolor y la desesperación de los vecinos […]
«Estas imágenes siguen siendo un parteaguas sobre la conciencia y solidaridad que mostró la sociedad al ayudar a sus hermanos”.
De entre sus fotografías destaca la que tituló “Manos amigas”, que muestra la acción de trasladar, luego de su rescate, a una mujer embarazada para que recibiera ayuda en otro sitio. La toma recorrió el planeta y obtuvo el Premio Rey de España 1992.
III
El sentir de artistas de ramas diversas quedó plasmado en consignas, carteles, poemas-grafiti inmediatos en muros de la ciudad, con temas alusivos, para luego pasar a otros soportes y plataformas que requieren mayor elaboración: tocadas, exposiciones plásticas, teatro, lecturas, publicación de ensayos, poemas, narrativa, crónicas, cuentos en revistas e incluso libros y novelas.
De este proceso creativo da cuenta Estela contra el olvido / 22 de abril / Literatura, antología coordinada por Felipe Ponce y Jorge Orendáin.
En vez de un maratón de poesía para apoyar el financiamiento de la escultura “Estela contra el olvido”, surge la idea de editar un libro con los textos de “escritores nacidos o radicados en Jalisco, cuyo tema fuera la tragedia del 22 de abril”, afirma el prólogo de este libro.
Algunos de los recopilados son: Alejandro Zapa, Álvaro Morales, Andrés Caballero, Baudelio Lara, Cristina Gutiérrez Richaud, Dante Medina, Felipe Ponce, Guadalupe Morfín, Jorge Orendáin, Jorge Souza, José Brú, José Ruiz Mercado, Karla Sandomingo, Leticia Villagarcía, Luis Vicente de Aguinaga, Luis Medina Gutiérrez, Marta Cerda, Mauricio Ramírez, Miguel Reinoso, Rafael Medina, Salvador Sotero, Silvia Eugenia Castillero, Yolanda Zamora…
De este libro existe una edición digital , disponible en línea.
El arte es cómplice y testigo de las fracturas: las evidencia y permite su restauración.